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¿Cómo afecta la alimentación a nuestro cerebro?

Nuevo artículo de Carla A. Carvalho, Psicóloga General Sanitaria con formación específica en Neuropsicología y fundadora del portal ‘Hablemos de Neurociencia’

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  • Carla A. Carvalho Gómez.

El verano es para muchos una época marcada por la desconexión y, sin duda, por los excesos. La mayoría de nosotros asociamos al periodo estival una etapa marcada por la ausencia de horarios, las comidas copiosas y un sinfín de eventos que denotan que el verano ha llegado para quedarse.

Para lograr una buena alimentación y, por tanto, un buen funcionamiento cerebral deberíamos llevar a cabo una dieta rica en vitaminas, carbohidratos y proteínas

Pero (…) ¿cómo puede afectar todo a esto a nuestro cerebro? ¿puede entrañar algún riesgo para nosotros? Como hemos comentado, las comidas copiosas son un factor común durante el verano. Comidas marcadas, además, por el exceso de grasas y azúcares. Alimentos que, sin duda, pueden afectar al funcionamiento de nuestro cerebro.

La alimentación, junto a la hidratación, es esencial e indispensable para un correcto funcionamiento de nuestro organismo, pero más aún para un correcto desarrollo cerebral. El cerebro para su correcto funcionamiento requiere de un aporte continuo de nutrientes, los cuales son extraídos de los alimentos que ingerimos a diario.

La pregunta que en estos momentos deberíamos plantearnos es (…) ¿todos los alimentos tienen la misma repercusión en nuestro cerebro? La repuesta es tajante: no. Cada comida debido a su composición tiene un efecto diferente en el funcionamiento cerebral. Por lo tanto, no basta solo con comer, sino que, además, debemos prestar especial atención a lo que comemos.

Para lograr una buena alimentación y, por tanto, un buen funcionamiento cerebral deberíamos llevar a cabo una dieta rica en vitaminas, carbohidratos y proteínas. Nutrientes que podemos encontrar en alimentos como: frutas, verduras, pescados, carnes blancas, etc. Asimismo, debemos alejarnos de los alimentos ricos en grasas saturadas y azucares (bollería, frituras, alimentos ultraprocesados, etc.). De esta forma, lograremos una dieta equilibrada y, con ello, un correcto funcionamiento cerebral.

¿Por qué debemos alejarnos de los alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares? Como el lector sabrá la ingesta continuada de este tipo de alimentos puede producir un aumento significativo de peso, lo cual en algunos casos puede traducirse en problemas importantes de salud asociados a la obesidad.

En España, cada vez son más las personas que sufren esta enfermedad. Por ello, se hace patente la necesidad de informar a la población de los posibles riesgos que puede acarrear una mala alimentación. Entre estos factores, destaca la posibilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, comúnmente conocido como ictus; pues tal y como han demostrado diferentes estudios e investigaciones la obesidad guarda una estrecha relación con este tipo de patologías.

¿Puedo darme algún capricho durante el verano? Por supuesto. No se trata de prohibir alimentos, todo lo contrario. Se trata de llevar a cabo una dieta equilibrada y sin restricciones.

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