Fruto de la jornada científica’ aCadeMiO’, que viene celebrándose anualmente en Barbate, con Ramón Morillo Verdugo, facultativo especialista en Farmacia Hospitalaria (Hospital de Valme-Sevilla) y coordinador del proyecto MAPEX de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria; como anfitrión; nace ‘El Documento de Barbate’, una nueva forma de entender la profesión farmacéutica. El barbateño Ramón Morillo explica en esta entrevista las claves de este documento y sus principales novedades.
El ‘Documento de Barbate’ nace en la jornada científica’ aCadeMiO’, que viene celebrándose anualmente en la localidad, con Ramón Morillo Verdugo, como anfitrión¿Qué es el ‘Documento de Barbate’?
–Es un documento que sienta las bases para una mejora de la actividad del farmacéutico con los pacientes. Desde la nueva perspectiva, se hace mayor hincapié en las necesidades de los pacientes y su relación con los tratamientos prescritos. Se realizan diferentes niveles de actuación en función de las características de los mismos y se desarrolla un seguimiento continuo en el tiempo y no exclusivamente cuando el paciente es atendido físicamente o presencialmente.
¿Y por qué ‘De Barbate’?
–Se llama ‘De Barbate’ porque fue el lugar donde se publicó y se firmó oficialmente el documento por las diferentes sociedades científicas, asociaciones de pacientes y colegios profesionales que respaldan esta nueva forma de proceder por parte de los profesionales de la farmacia. Ello se realizó en la jornada científica aCadeMiO, que venimos celebrando anualmente en nuestra localidad en los últimos años en el mes de mayo.
¿Cuál es su objetivo?
–El objetivo del ‘Documento de Barbate’ es que en los próximos años esta forma de trabajar, basado en 3 pilares asistenciales (denominados modelo CMO) se convierta en el estándar de seguimiento y se aplique rutinariamente, independientemente del país, centro asistencial, hospital u oficina de farmacia donde el farmacéutico interrelacione con pacientes.
¿Qué cambios introduce este documento en la relación con el paciente?
–El principal cambio esta en el cambio del foco principal de actuación, pasando de ser el medicamento prescrito al paciente y sus necesidades. Así, para cada paciente se le asigna un nivel de priorización (o estratificación asistencial), con mayor o menor intensidad en su seguimiento. Se trabaja con los pacientes para alcanzar sus objetivos en relación a la farmacoterapia y, por último, se utilizan las nuevas tecnologías para llevar a cabo un contacto permanente y continuado con los pacientes. En este último punto, la tele formación es un elemento fundamental.
¿Cuándo se empezará aplicar?
–Este enfoque ya se ha puesto en marcha en los últimos años en diferentes centros. Pero se ha venido trabajando recientemente para realizar adaptaciones concretas a pacientes como los oncológicos, los de enfermedades inmunomediadas o la esclerosis múltiple, por poner varios ejemplos. Se espera que en los próximos años se vaya expandiendo a otros perfiles, tanto de pacientes complejos como del entorno de la atención primaria o comunitaria.
Con respecto al COVID-19, ¿Qué papel está jugando la farmacia hospitalaria?
–Respecto al COVID, hemos tenido que redefinir muchas actividades que se hacían rutinariamente para dar respuesta a las necesidades urgentes que se nos han ido demandando. Desde la preparación de soluciones hidroalcohólicas, la adquisición de los fármacos necesarios para tratar la enfermedad de acuerdo a los diferentes protocolos publicados por la agencia española del medicamento, a la revisión de los tratamientos prescritos para evitar interacciones graves o fatales en los pacientes. Por último, para aquellos pacientes que atendemos rutinariamente en consultas hemos tenido que desarrollar actividades de tele formación de forma masiva, aspecto que antes no se había realizado prácticamente o se había hecho de forma muy puntual.