La operación contra el cultivo y tráfico de marihuana realizada hace una semana en el Cerro de San Cristóbal en Almería capital por parte de agentes de la Policía Nacional con la colaboración de técnicos de Endesa permitió intervenir más de 3.500 plantas así como tres pistolas y un revólver con los números de serie borrados, una escopeta, un rifle, y cerca de 60.000 euros en metálico.
Según ha indicado la Comisaría en una nota, en total fueron 18 personas arrestadas --13 hombres y cinco mujeres de nacionalidad española-- en el operativo que se inició poco después de las 6,30 horas del pasado 8 de julio, de las que seis ingresaron en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 6 de Almería, que coordinaba la operación sobre la que ya se levantó el secreto de sumario.
El dispositivo, que supuso el despliegue de medio centenar de agentes y operarios, acabó con cerca de una veintena de arrestos de miembros "de una misma familia" y el corte del suministro eléctrico en 96 viviendas que presentaban acometidas irregulares a la red eléctrica.
Las investigaciones se iniciaron hace un año, a principios del mes de julio de 2019, cuando los agentes tuvieron conocimiento de que en varias viviendas enmarcadas en las calles Fausto García, Patio de Fausto García, Camino San Cristóbal, Loma San Cristóbal, y Luchena, pudieran estar albergando cultivos hidropónicos de plantas de marihuana.
Según la Policía, el cultivo y tráfico de marihuana sería el único modo de vida de esta familia, según las actuaciones policiales. La investigación previa estuvo dificultada por el urbanismo de la zona, ya que algunas de las vías eran peatonales y en su mayoría estrechas y con escasa afluencia de personas y vehículos ajenos.
"La idiosincrasia de los vecinos e investigados, presentes en la calle de manera casi perenne, y en continua actitud vigilante y hostil, también dificultó en enorme manera el desarrollo de la investigación", ha añadido la Policía.
A lo largo de los meses se consiguió desgranar el funcionamiento de este un grupo familiar perfectamente organizado, que había montado una infraestructura que estaba generando "grandes beneficios" derivados del cultivo, manipulación y posterior venta del estupefaciente. Según el puesto que cada persona ocupaba, obtenía unas ganancias económicas.
DE LOS AGUADORES A LOS IDEÓLOGOS
El reparto de tareas y funciones entre los integrantes del clan hacía que se constituyeran en una estructura "piramidal", estando los "jardineros y aguadores" en la parte más baja mientras que dos hermanos, la mujer de uno de ellos y el hijo del otro se situarían como los "ideólogos" y "máximos responsables" del sistema ilícito.
Los jardineros eran los encargados del crecimiento y floración de las plantas de marihuana mientras que los aguadores vigilaban las calles aledañas ante posibles inmersiones policiales o de otros clanes que pretendan el robo de la plantación.
En un nivel intermedio, y con una confianza absoluta por parte de los jefes de la organización, se encuentran dos de los arrestados, A.M.C., de 24 años de edad, y D.J.C.T., de 36, considerados como el "jardinero jefe" y "electricista respectivamente".
Los lugares donde se escondían las plantaciones variaban entre viviendas propiedad de los arrestados, cuevas deshabitadas o inmuebles ocupados, sobre los cuales había una labor de investigación previa por parte del grupo criminal.
La investigación policial ha llegado a acreditar que, algunos de los detenidos, llegaron a acceder al interior de las viviendas ocupadas, para buscar documentación relativa sobre la titularidad del bien, como escrituras, contratos de suministros o cartas a fin de simular contratos de alquiler o venta de tales bienes.
SE HACÍAN PASAR POR POSEEDORES DE CASAS
También la Policía da por demostrado demostrado que en el caso de estar fallecidos sus legítimos propietarios, llegaron a hacerse pasar por los mismos, y aparte de las ventajas que pudiesen haber obtenido con carácter inmediato, más a largo plazo, la intención era la de reclamar su propiedad una vez ha transcurrido el plazo legal como meros poseedores del inmueble "usucapio".
Como consecuencia de la operación policial, se llevaron a cabo 28 registros en los que además se intervinieron 362 transformadores, 369 lámparas, 32 extractores de aire y 69 máquinas de aire acondicionado, cuatro balanzas digitales, así como todos los utensilios y fertilizantes para conseguir en un corto espacio de tiempo una cosecha.
Los operarios de la compañía Endesa supervisaron las acometidas de 115 viviendas, hallando 96 de ellas conectadas directamente a la red de distribución, sin que el consumo quedase registrado en un contador.
Además de los desenganches, fueron desmontados cientos de metros de tendido ilegal, que pretenden evitar futuras acometidas ilegales en el barrio, las cuales terminan por generar quejas y malestar en la zona, por los continuos cortes de luz derivados de las sobretensiones que tienen que soportar las instalaciones.
Estas instalaciones manipuladas, no cumplen con la normativa en materia de seguridad, y son generadoras de un importante riesgo no solo para aquellos que las manipulan, sino también para las personas que viven o circulan en las proximidades de las mismas.
Los arrestados están considerados como presuntos autores de delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, tenencia ilícita de armas, robo y usurpación.