El 89,8% de los autónomos cree que su facturación disminuirá este año por el coronavirus y de estos, más de un 69,26% considera que esta disminución será de más del 40%, según se desprende del III Barómetro situación autónomos realizado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA).
Tan solo un 1,4% de los trabajadores por cuenta propia considera que cerrará el año con una facturación superior a la de 2019 y un 5% espera que su facturación sea similar a la que registró el año pasado.
De los que esperan que su facturación aumente, el 63,1% considera que este aumento no superará el 20% en relación a la registrada en 2019.
Preguntados por la plantilla, el 30,9% prevé disminuir el número de trabajadores que tiene en los próximos meses, mientras que un 47,9% de los autónomos sí que tiene pensado mantener todos los empleos. Más de un 20,6% asegura no tener claro lo que va a ocurrir.
Por otro lado, casi un 10% de los trabajadores por cuenta propia afirma que va a tener que cerrar este año, lo que, según ATA, extrapolado al total de autónomos que hay en España, se puede decir que hay más de 300.000 de personas de este colectivo que tienen previsto echar el cierre antes de que empiece 2021.
El 30,8% de los encuestados afirma que en principio seguirá con la actividad, pero no tiene claro si podrá continuar o tendrá que cerrar. Esta cifra está por debajo de la registrada hace un mes cuando lo afirmaban el 40,5% de los encuestados.
En el lado contrario, se encuentran el 54,6% de los autónomos encuestados que afirman que seguirán con su actividad y que no está entre sus pensamientos cerrar.
El estudio también resalta que nueve de cada diez autónomos (88,9%) ya han vuelto a la actividad tras el parón provocado por la pandemia. Entre estos, se encuentran un 22,5% de los trabajadores por cuenta propia que no han parado durante los últimos dos meses.
Sin embargo, hay un 10,4% que señalan que en este proceso de desescalada aún no han podido iniciar su actividad, lo que, según ATA, supone que un total de 320.000 autónomos siguen parados y sin ingresos.
De los autónomos que ya están en activos, únicamente el 12,1% dice que su actividad funciona al 100%, mientras que un 72,4% dicen que su actividad funciona, como máximo, al 50%.
Los que no han iniciado su actividad dicen que es porque a pesar de poder abrir, las condiciones que tiene para hacerlo no le compensan, ya que le suponen más pérdidas (41,2%). Un 23% dice que iniciará su actividad en las próximas semanas y el 29,7% de los autónomos apunta que no abre, porque su actividad está dentro de las no permitidas.
Pese a que la situación está afectando gravemente a este colectivo, el 4,1% de los autónomos se ha dado de baja en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Preguntados por la morosidad, casi el 40% de los encuestados dice que la padece, frente a un 56,9% que dice que no se ve afectado por la morosidad pública y privada dentro de esta crisis del coronavirus.
Hasta el momento, el 59,7% de los autónomos afirma haber registrado un descenso de su facturación de más del 60%. Del total, un 20,2% dice que el descenso ha sido de más del 100%. Solo un 2,6% de los autónomos afirma que su facturación ha aumentado y de estos el 52,7% considera que el incremento ha sido, como mucho, del 20%.
Sobre las dificultades que están viviendo para adaptar su negocio a las medidas sanitarias que se han impuesto en la desescalada, los autónomos en este barómetro aseguran no haber tenido especiales dificultades (63,5%), aunque un 30,1% dice que ha sido complejo adaptar su actividad a las normas que se han impuesto. En este punto, también se resalta que dos de cada tres (67,8%) ha tenido que hacer una inversión para adaptar el negocio que no ha superado los 500 euros.
ATA también ha preguntado por las medidas que han tomado los autónomos para poder paliar los efectos del Covid. Así, el 45,8% de los autónomos encuestados afirma haber accedido a la prestación por cese, mientras que el 53,5% dice que no se ha podido beneficiar de la misma. De estos, el 50% no ha accedido porque no ha cerrado completamente su negocio y el 23,8% porque no cumplía con los requisitos. Un 6% ha asegurado que no ha visto productivo solicitarla por los trámites burocráticos.
EL 81% A FAVOR DE LA PRÓRROGA DEL CESE MÁS ALLÁ DE JUNIO
En cuanto a la ampliación de la prestación por cese de actividad después el 30 de junio, el 81% de los autónomos encuestados se muestra a favor, mientras que hay un 13% que considera que no se deberían prolongar más allá de esta fecha.
Por otro lado, el 35% ha señalado que ha pedido la financiación del Instituto de Crédito Oficial (ICO), mientras que el 65% dice no haber pedido estos créditos. En este barómetro, casi el 70% asegura haber accedido a la financiación, mientras que en el anterior la cifra rondaba el 51%.
Sobre los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), el 54,1% asegura que todavía no ha dado de alta a ningún trabajador. De estos, uno de cada cuatro (el 28,7%) tiene a todos sus trabajadores aún en ERTE y un 25,4% que afirma que no solo no les ha dado de alta son que tiene serias dudas de poder económicamente dar de alta a algún trabajador.
En relación a la obligación de mantener la plantilla al menos seis meses desde la incorporación del primer trabajador, el estudio apunta que seis de cada diez autónomos (el 59,2%) que han realizado un ERTE confiesan que no podrán mantener toda la plantilla durante seis meses.
Únicamente el 22,8% de los autónomos con ERTE entre su plantilla contesta poder mantener toda la plantilla durante los próximos seis meses.
Preguntados en general por las medidas puestas en marcha por el Gobierno, el barómetro de ATA muestra que los autónomos suspenden estas medidas. Un 60,9% suspende a las medidas del Gobierno central y un 70,2% a las autonómicas. "Es decir, las mejor valoradas son las estatales y las peor valoradas son las municipales, a pesar de que las tres se llevan el suspenso generalizado por parte del colectivo", según la Federación.
Respecto a qué medidas se deberían poner en marcha para ayudar al colectivo, ven necesario la reducción de la cuota a la Seguridad Social en una especie de tarifa plana hasta el 31 de diciembre, pero también la reducción de impuestos y cotizaciones.