Los rocieros onubenses escribían anoche una nueva página para la historia con un acontecimiento especial. La Hermandad de Emigrantes trasladaba su Simpecado hasta la casa de hermandad de Huelva para rezar conjuntamente el Santo Rosario, en un acto que oficiaba el obispo de Huelva, José Viaplana, acompañado por los capellanes de ambas corporaciones rocieras y que contó con el canto del coro de la entidad anfitriona.
Antes de elevar la plegaria de los rocieros onubenses a la misma hora en que se hubiera celebrado el tradicional rezo del Santo Rosario de Hermandades en la romería, el presidente de la Hermandad de Huelva, Antonio Sánchez de la Piña, daba la bienvenida “a vuestra casa” a la Hermandad de Emigrantes, que acudía con su junta de gobierno que preside Inocencio Forcén y un pequeño grupo de hermanos debido a las restricciones que obliga la situación sanitaria que vive el país debido al Covid-19.
El prelado onubense recordaba al finalizar el rezo del Santo Rosario “cuando hace dos o tres llovió muchísimo cuando íbais hacia El Rocío, entonces se ponía de relieve la fe rociera y el amor a la Virgen”. “En este año con esta circunstancia de pandemia tenemos que destacar la gran creatividad con que estáis viviendo este Rocío especial, fuera de los cánones del camino”. Asimismo, destacó “este gesto de unión entre ambas hermandades”, para terminar diciendo que de “este Rocío vamos a salir mucho mejor”.
Finalizaba el acto con los vivas a la Virgen del Rocío, Blanca Paloma, Reina de las Marismas, Patrona de Almonte, Pastorcito Divino, Hermandad de Huelva y Hermandad de Emigrantes a cargo de Desireé Márquez y José Antonio Ortiz, hermanos mayores de Huelva y Emigrantes, respectivamente.
Este lunes, a las 12.00 horas, han repicado las campanas en honor y gloria a la Santísima Virgen del Rocío. La jornada terminará, a las 21.00 horas, con la misa de acción de gracias que volverán a compartir ambas hermandades del Rocío de la ciudad de Huelva.
