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Diez películas para levantar el ánimo durante el estado de alarma

Ver películas se ha convertido en una de las preferencias durante este confinamiento obligado. Aquí van algunas recomendaciones

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El cine, es entretenimiento y es evasión, pero, como la música, también posee una cualidad especial para guiar nuestras emociones. Si, como hemos aprendido, hay películas para determinados momentos del año e, incluso, de nuestras vidas, hoy iniciamos una primera entrega de recomendaciones con las que ocupar las horas de confinamiento que nos quedan por delante sin perder el ánimo ni las ganas de seguir disfrutando de la vida, como una forma más de vencer al virus.

 

AMELIE De apellido, Poulain. Noble y sagaz, la joven parisina que lloraba viendo patinaje artístico nos desvela la enorme trascendencia de las emociones mínimas y particulares que guían nuestras vidas. A veces solo es necesario un gnomo de jardín, otras con una carta falsificada, pero siempre rodeadas del suficiente misterio como para hacer posible la magia, captada aquí desde la inspirada óptica de Jean-Pierre Jeunet y la inolvidable presencia de Audrey Tautou.

BEGIN AGAIN El británico John Carney ha convertido mucha de sus películas en una declaración de amor a la música. Lo logró en las íntimas Once y Sing street, aunque fue más allá -y con más medios- en su incursión hollywoodiense con Begin again, en la que un defenestrado productor musical entrega su último aliento de esperanza en favor de la carrera de una prometedora compositora que está a punto de abandonar. La secuencia en la Mark Ruffalo imagina el acompañamiento musical que necesita Keria Knightley sobre el escenario no solo es insuperable, sino que demuestra hasta donde llega el talento de Carney.

CANTANDO BAJO LA LLUVIA ¿Quién dijo que los musicales de Hollywood eran aburridos? Esta película no solo lo desmiente, sino que eleva a otra categoría el concepto mismo de musical, con un ritmo trepidante, una vertiente cómica exquisita y una burla constante al mundo del cine, y entre los que fluyen de forma admirable números musicales  imborrables, como Good morning, Make them laugh, Moses y, por supuesto, la icónica secuencia de Gene Kelly bajo un chaparrón liberador.    

CON FALDAS Y A LO LOCO Puede que a Billy Wilder se le pasase por la cabeza asesinar a Marilyn durante el rodaje, aunque el tiempo supo premiar su paciencia, si es que llegó a contenerla. Del “nadie es perfecto” y del contoneo de caderas de la Monroe por el andén, les damos por enterados, aunque no desperdicien la ocasión de volver a deleitarse con esta hilarante comedia de enredo en la que hasta George Raft accedió a parodiarse a sí mismo. 

EL HALCÓN Y LA FLECHA Ya no se hacen películas como ésta. De hecho, ya no se hacen películas de aventuras. Su director, Jacques Tourneur, puede presumir de haber dirigido obras maestras en la mayoría de géneros, y ésta es una de ellas. Buenos y malos, acrobacias, peleas, persecuciones por los castillos y bosques de la Lombardía de una Edad Media en maravilloso tecnicolor, y Burt Lancaster en la piel de Dardo, una especie de Robin Hood enamorado de la sobrina del villano: Virginia Mayo. 

EL GRAN HOTEL BUDAPEST Wes Anderson bucea en el universo de Stefan Zweig para brindarnos un pintoresco y delirante retrato de la Europa de entreguerras de la mano de un reparto coral entregado al capricho de un inspiradísimo director, que logra que sostengamos una sonrisa imperturbable mientras asistimos fascinados a la misma emoción del cine.

EL OTRO LADO DE LA CAMA También el cine español sabe hacer buenos musicales. Y no es necesario saber cantar bien, sino poner la misma voluntad y necesidad de cada uno de nosotros cuando nos encontramos en la ducha. Con guion de David Serrano, Emilio Martínez Lázaro ya demostró su habilidad para hilar buenas comedias antes del insuperable hit de Ocho apellidos vascos.

ENREDADOS El éxito de Frozen y del resto de películas bajo el mando Pixar, han relegado a una especie de serie B a esta extraordinaria adaptación de Rapunzel, en el regreso de Disney a a los cuentos clásicos y con una visión que es deudora del gran cine de aventuras de los años 50.

MAMMA MÍA La historia no hay por donde cogerla, pero toda la película, empezando por una entregada Meryl Streep, y continuando por las canciones, la luz y el color de la isla, la convierten en todo un festejo de la vida por sí misma.  

SER O NO SER Antes que Wilder -que le escribió el guion de Ninotchka- estuvo Lubistch, y Ser o no ser, su divertidísima sátira sobre los nazis, está ahí para demostrar que nada mejor que el humor para vencer a la adversidad, y que Carole Lombard para enamorarse.

 

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