Ni los más viejos del lugar podrán recordar un fin de semana tan atípico en Sanlúcar. Y no será precisamente por una anécdota sino por una tragedia que no sólo ha salpicado a la ciudad, al menos de momento, pero sí en toda España y el resto del mundo. La propagación del coronavirus no cede y de lo que fue en un principio una preocupación se convirtió después en algo mucho más grave.
La Ciudad de la Manzanilla se preparaba para acoger un intenso e interesante calendario pero todo se fue al traste. Era algo que se veía venir y las previsiones desgraciadamente se cumplieron porque ante todo está la salud de las personas, incluyendo en este apartado a los deportistas.
La cita que más público iba a reunir era el partido entre el Atlético Sanluqueño y el Murcia en el Estadio El Palmar, encuentro correspondiente a la jornada 29 del Grupo 4 de la Segunda División B. Primero se comunicó que el partido se iba a jugar a puerta cerrada y después que quedaba aplazado, que no suspendido, porque si regresa la normalidad se tendrá que disputar.
El Doro Stadium iba a acoger dos interesantes encuentros. La UD Algaida iba a medir sus fuerzas con el Estrella Portuense y la Juventud Sanluqueña recibía después como ‘local’ al Rayo Sanluqueño. Los dos encuentros quedaron suspendidos. Lo mismo ocurrió con la hilera de encuentros correspondientes a la cantera, no sólo del club de La Colonia sino de otros de la ciudad. La Liga de Fútbol 7 de La Algaida también pasó al anonimato.
El Picacho, como en el resto de las instalaciones, no acogió ni un solo entrenamiento. Una de las instalaciones que acoge numerosos encuentros de cantera y de la Liga Local de Fútbol 7 es La Quinta de la Paz. Todo quedó paralizado. Las Palmeras tampoco pudo acoger ni un solo encuentro de fútbol.
El Complejo Polideportivo Municipal de Sanlúcar quedó cerrado a cal y canto. Ni Liga Local de Fútbol Sala de Empresas, de Semana y de Veteranos. Tampoco de baloncesto ni los entrenamientos de entidades como el Club Sanluqueño de Gimnasia Rítmica, el Club Doñana y el Luci Feri, como tampoco los que practican cualquier modalidad deportiva en este recinto tan visitado al cabo del día. Es el caso del tenis.
Las instalaciones del Club Náutico de Sanlúcar quedaron huérfanas de actividades y su vecinos del Real Club Náutico vivieron idéntica situación. El Pabellón Cubierto de El Palomar quedó clausurado.
Otras más instalaciones tuvieron que se cerradas. Es el caso de la Piscina Cubierta Municipal.
Muchos son los deportistas y entrenadores de los numerosos clubes que tiene la ciudad que quedaron recluidos en sus domicilios, al igual que dirigentes y allegados. Algo impensable una vez que dio comienzo la temporada. Pero el partido más importante que queda por delante es derrotar al coronavirus. Es la final más importante que queda en estos meses de competición. Y no será fácil pero se puede conseguir con un gol de penalti en el último minuto o un triple sobre la bocina.
Las Ligas se han visto alteradas por este grave problema surgido con este virus. No se sabe cuando regresará la normalidad y cuando llegue habrá que reajustar el calendario o suspender citas importante si la prontitud no llega a tiempo.
Ahora también llega la importante labor de los padres de los niños que practican alguna modalidad deportiva porque a buen seguro no entenderán que es lo que está ocurriendo. Seguro que llegará el día en que todo se solucionará, que es lo que todos esperan. Habrá que tener paciencia porque ya se palpa cierto estado no sólo de preocupación sino de tristeza.
No queda otra y habrá que darlo como si de un entrenamiento o un partido se tratara. Que nadie arroje la toalla. El coronavirus caerá.