El pasado sábado se pudo disfrutar de la gran final del concurso de agrupaciones del carnaval de Huelva. Un certamen de coplas que a pesar de comenzar con cierto descontento, ha superado en su recta final todas las expectativas, como siempre, con sus respectivos matices.
En sus primeros días de preliminares el nivel no estuvo a la altura de lo que se esperaba y fue fácil augurar las comparsas, chirigotas o murgas, coros y cuartetos que entrarían en semifinales, fase en la que se empezaban a vislumbrar brotes verdes. En estos primeros días se observaron letras con poco calado social, excesivas historias en la que se buscaba la ‘pena’, el dolor a través de mensajes que condicionaran al respetable sin ideas contundentes que generaran ese impacto tan necesario para marcar las diferencias, por lo que muchos grupos se mantuvieron en esa equidad hasta llegar a la gran final, donde el desenlace lo marcó la competitividad que se generó en cuanto a letras, estrategias y superación.
A veces, a los amantes de la buena literatura se nos olvida que estamos en un concurso y pecamos de ingenuos al pensar que, más allá de los premios, muy golosos por las cuantías, el honor, la dignidad y la responsabilidad con y para la sociedad y para el público son los verdaderos factores fundamentales que ejercen esa prioridad y mueven la pluma. Nada más lejos de la realidad.
La gran final se alargó hasta las ocho de la mañana, algo insólito y desproporcionado tras tantos días de concurso. Cinco comparsas y cinco murgas o chirigotas es un numero excesivamente elevado hasta para los propios amantes de esta fiesta, que tienen claro que rellenar huecos más allá de lo que se observa en las dos primeras fases es casi una falta de respeto, no sólo para el público, que tendrá que ver de nuevo a grupos con carencias para una final, también para los propios implicados, que en muchas ocasiones, sin opciones, se les dan esperanzas absurdas para toparse de nuevo con la realidad. El hecho de existir un número elevado de participación en un sólo día también implica cantar a horas ya intempestivas, en las que los ánimos y el cansancio influyen negativamente. Cabe recordar que el último grupo hizo su pase sobre las siete de la madrugada.
El fallo del jurado concedió los siguientes premios: en la modalidad de comparsas, el primero se fue para ‘Los Caracoles’ de Punta Umbría. El segundo se quedó en Huelva, ‘El Trovador’. El tercer premio para ‘Los Tocaos del ala’ de Tocina, Sevilla. La comparsa de Ayamonte se quedó en el cuarto puesto con ‘La ilegal’, y el quinto y último lugar para ‘El ángel de febrero’ de la peña de Cristóbal Giraldo de Huelva.
En la modalidad de murgas o chirigotas el primer lugar fue para ‘Los viejos del parque’ de Ecija, Sevilla. Segundo premio para la chirigota de Villarrasa, ‘Vamos de vacas’. La chirigota ‘Los tocaos’ obtuvo el tercer puesto. ‘Manolo García, El último de la fila’ sorprendió con un cuarto lugar en la clasificación y, para sorpresa del respetable, La chirigota ‘Carmelo ‘El wikipedia’ en quinto y último lugar.
En coros estaba algo más claro, siendo el primero para ‘Así soy yo’, de Huelva capital, y segundo para ‘Los superhombres’ de Sevilla. La modalidad de cuarteto quedó algo confusa con un primer premio para ‘Si llego a saber cómo...’ y tercero para ‘Los adaptados 2069’, ambos grupos de la capital. El segundo premio quedó desierto. Hasta el año que viene.
