El coro de Sevilla tenía en la noche del viernes una difícil misión: hacer un buen papel para pelear por entrar en Semifinales. Sin duda, la más difícil desde que aterrizaran en el Falla en preliminares.
El primero de los tangos cargó contra la corrupción política en el país. El segundo, tras las críticas recibidas por la idea de la agrupación en Preliminares, sirvió para pedir disculpas al feminismo y dejar claro que lucharán si se les dice cómo pueden hacerlo.
Los cuplés, sin demasiado resultados, fueron dedicados a Gianmarco y Jorge Javier Vázquez, el primero, y a ellos mismos, que como sevillanos son "muy malajes", el segundo, con remate para el Satisfyer. El popurrí cerró una digna actuación pero que dejará complicada la empresa de volver a cantar.