Cerrada a cal y canto. Así se han encontrado decenas de onubenses las puertas de la clínica Vitadental cuando han acudido a las citas que tenían programadas para este mes de enero. La compañía ha sido declarada en concurso de acreedores y, de momento, los clientes no saben si alguien se hará cargo de los tratamientos que tienen en marcha.
La situación afecta, al menos, a un centenar de personas, que son las que se han puesto en contacto a través de las redes sociales para intentar arrojar luz sobre lo que está sucediendo y organizar una estrategia de acción común.
Así lo explica a Viva Huelva, Vanessa Díaz, familiar de tres de los afectados y una de las personas que está coordinando al grupo de clientes, que ya tiene 104 miembros.
Díaz indica que no han recibido ninguna comunicación por parte de la clínica. Solo han recibido un aviso del administrador concursal, que ha rehusado hacer declaraciones a este medio. El administrador ha colgado un cartel en la puerta del local avisando a clientes y proveedores de que el concurso se declaró el pasado 16 de diciembre “por medio de auto judicial” y que la situación de “insolvencia” de la empresa ha conllevado a su cierre “hasta que sea posible atender la deuda contraída y que, actualmente, impide la prestación de servicios”.
“Nos dicen que la empresa tiene deudas con el dueño del local, proveedores y trabajadores”, apunta Díaz, explicando que la situación está generando dos grandes problemas a los afectados ya que no solo se han quedado con tratamientos dentales a medio terminar sino que muchos de ellos han contraído compromisos con entidades bancarias para financiarlos y tendrán que seguir pagándolos sin recibir un servicio a cambio.
Las cantidades comprometidas, indica Díaz, son variadas y hay quien llega hasta 16.000 euros de préstamo.
Ante esta situación, los afectados están estudiando qué medidas pueden tomar para defender sus intereses y están dispuestos a presentar una denuncia común contra la empresa. Su primera preocupación es conseguir que se reanuden sus tratamientos y, por ello, pretenden ponerse en contacto con el Colegio de Dentistas. Otro de los pasos a adoptar, explica Díaz, es conseguir que la clínica les devuelva sus historias médicas.
Los afectados hacen también un llamamiento al Defensor del Menor, porque muchos de los pacientes afectados son niños. “Muchas personas están sin dientes, les han dejado con implantes a medias y problemas de salud”, indica Díaz. Por ello, insiste, es “urgente” que se les dé una solución.