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Huelva

Tres años y medio de cárcel para un banquero de Isla Cristina

El condenado aprovechó su condición de director y subdirector de distintas sucursales para mover dinero de los clientes sin su autorización

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  • Audiencia Provincial. -

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a hombre a tres años, seis meses y un día de cárcel por mover dinero de los clientes de una entidad bancaria, sin su autorización, aprovechando su condición de director y subdirector de distintas sucursales en Isla Cristina (Huelva).

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, lo considera responsable de un delito continuado de administración desleal por el que, además de la pena de cárcel, le impone el pago de una multa de 2.800 euros.

Además, el acusado indemnizará con 21.708 euros, más los intereses legales, a clientes de la entidad que resultaron perjudicados por su actividad, de los que responderá subsidiariamente dicha entidad.

Se considera probado que el acusado, aprovechando que trabajó como director y subdirector de dos sucursales de una entidad bancaria en Isla Cristina, desde el 1 de enero de 2002 hasta el día 19 de septiembre de 2014, día en que fue despedido tras la incoación del correspondiente expediente disciplinario, realizó numerosas operaciones bancarias sin consentimiento de los clientes y al margen de los protocolos de seguridad de la propia entidad.

De esta forma, realizó cien cargos a 56 clientes de las sucursales en las que trabajaba por valor de 2.226.904 € y 54 abonos a 27 de estos clientes por 595.399 €, realizando dichos abonos con objeto de que los clientes afectados que querían comprobar sus fondos no se dieran cuenta de los movimientos no autorizados por él realizados.

El saldo restante de 1.631.505 euros fue destinado por el acusado a lo siguiente: 251.050 euros fueron destinados a la concesión de préstamos no autorizados por la entidad; 95.012 euros a abonos en depósitos de otros clientes sin relación económica aparente entre el cliente del que salían los fondos y el cliente que los recibía; 232.650 euros al abono en efectivo de préstamos no autorizados por la entidad y 1.008.895 euros fueron dispuestos por el acusado en efectivo, desconociéndose el destino de dichos fondos.

Además, prestó fondos a otros once clientes mediante abonos en cuenta por 251.050 euros, procedentes de 11 de los 54 clientes afectados por cargos no consentidos, o pagó intereses manualmente a clientes por un total de 8.958 euros, para remunerar imposiciones a plazo fijo, cuyos fondos habían sido sustraídos por el empleado, con objeto de que, al percibir dichos clientes los intereses acordados, en muchas ocasiones en efectivo, no comprobaran que los fondos de los plazos fijos habían sido sustraídos, entre otras cuestiones. 

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