Marcelino García Toral, que el próximo agosto cumplirá 54 años pero que ya acumula una dilatada experiencia en los banquillos, se doctoró en el estadio Benito Villamarín, donde logró el primer título de su carrera, el de Copa del Rey aupado por el Valencia ante el Barcelona y además en el año del Centenario del su club.
El preparador asturiano, que cumple segunda campaña en el equipo valencianista, después de pasar por otros como el Sporting de Gijón, Recreativo de Huelva, Racing de Santander, Zaragoza, Sevilla o Villarreal, se ha asentado en la entidad valenciana, a la que en el pasado curso la devolvió a la Liga de Campeones.
En éste, después de un arranque malo, en el que se cuestionó su continuidad, el equipo mejoró en la segunda parte de la temporada y ha cumplido sus objetivos, culminados este sábado con un título, que es el octavo de la Copa que acumula el Valencia.
El Barcelona, por su parte, logró con una gran suficiencia un nuevo título de LaLiga Santander, pero se le volvió a resistir la ansiada final de la 'Champions', como el año pasado, y además no pudo lograr un récord de cinco títulos consecutivos de Copa.
Con ello queda un mal sabor en el equipo que entrena Ernesto Valverde pues le han llegado dos decepciones muy seguidas que empañan el recuerdo de título liguero.
Sevilla, sede del pleito, está sobradamente preparada para albergar un partido de estas dimensiones, no en vano está acostumbrada a importantes citas del Sevilla y Betis y en su historia fue, entre otros internacionales, sede de 46 encuentros de la selección española.
En esta cuarta ocasión que acogió la final de Copa en su historia, la novedad fue el escenario, el Benito Villamarín, aunque los dos contendientes ya sabían lo que era levantar el trofeo de campeón en la capital andaluza, pues el culé lo hizo en 1925 en el desaparecido estadio Reina Victoria y el che en 1999 en el de La Cartuja.
Ahora se disputaron el título en el remozado estadio bético y ambos con la intención de paliar las decepciones que sufrieron al caer eliminados recientemente en las semifinales de la Liga de Campeones y Liga Europa ante los ingleses Liverpool y Arsenal, respectivamente.
No obstante, el conjunto valencianista llegó con la moral por las nubes al jugar este partido once años después y además lograr entonces su último título ante el Getafe.
A ello unió su buen papel en la Liga Europa y a que quedó cuarto en LaLiga, lo que le dio el premio de jugar la 'Champions' por segunda temporada consecutiva.
Para el Barcelona, la historia se repitió, no en vano jugaba la quinta consecutiva después de que ganaran las otras cuatro, aunque también se repetía la frustración con la que se afrontó la de la pasada edición en el Wanda Metropolitano de Madrid ante el Sevilla, que llegó con el equipo eliminado dolorosamente de las Champions.
Esta final, a diferencia de las más recientes temporadas, en las que algún equipo español se había clasificado para finales de competiciones continentales, los dos que pudieron hacerlo fueron precisamente el culé y el che y ambos cayeron.
Así, esta cita cerró el telón para los equipos españoles en este último partido del calendario y fue el Valencia el que se llevó el trofeo y, de paso deprime aún más el fin de curso barcelonista.