Un hombre de 43 años y nacionalidad brasileña ha sido condenado por la Audiencia de Málaga a 25 años de cárcel por asesinar en junio del 2017 a un amigo al que emborrachó, agredió y apuñaló hasta la muerte para robarle dinero.
El procesado ha sido condenado a la citada pena de prisión por los delitos de hurto (año y medio) y de asesinato en concurso medial con un delito de robo violento (23 años y seis meses) y también deberá indemnizar a los herederos de la víctima en 201.300 euros, según la sentencia a la que ha tenido acceso Efe.
La resolución considera probado que el acusado llegó sobre las 8.45 horas del 22 de junio de 2017 en autobús a la localidad de Antequeraacompañado de su hija de 12 años, quien tenía una cita en la peluquería.
Como era temprano, decidieron acudir a la casa de la víctima, un amibo para el que el procesado había trabajado, y como sabía que guardaba una importante cantidad de dinero del cobro de los alquileres de unas fincas del día anterior, pidió a su hija que registrara la cocina y que mirara especialmente debajo de un mueble.
La niña encontró un fajo con 1.300 euros en billetes de 50 que la menor cogió y entregó a su padre, tras lo que ambos se marcharon de la vivienda, aunque después él regresó solo a la casa con una botella de whisky y otra de Coca-Cola "con la intención de emborrachar" a su amigo, pues "sabía que era alcohólico".
Una vez que la víctima estaba bebida, el procesado comenzó a buscar el resto del dinero que guardaba en casa, pero éste se incorporó, por lo que el acusado le golpeó con una botella en la cabeza para inmovilizarlo y, una vez en el suelo, le apuñaló hasta en siete ocasiones, en una de ellas "de forma especialmente violenta a la altura del corazón".
Tras ello, según la sentencia, el acusado cogió el dinero que guardaba en su despacho la víctima, que falleció como consecuencia de la agresión sufrida.
El jurado popular encargado de emitir un veredicto declaró por unanimidad culpable de asesinato y hurto al procesado, para el que el fiscal había solicitado 25 años de prisión, mientras que la acusación particular había elevado la pena a 30 años de cárcel.