Aremehisa, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Córdoba), ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para "localizar a familiares" de dos hermanos aguilarenses fueron "asesinados en Córdoba capital tras los acontecimientos ocurridos a raíz del alzamiento militar del 18 de julio de 1936".
En concreto y según la información facilitada a Europa Press por Aremehisa, esta asociación quiere conseguir datos que le permitan "establecer contacto con los familiares de los hermanos Juan Manuel y Antonio Prieto Martín, naturales de Aguilar de la Frontera", que fueron fusilados, en el Cementerio de la Salud el 9 de septiembre de 1936, cuando contaban con 32 y 27 años de edad, respectivamente, y solo un día después de haber sido detenidos por las fuerzas que apoyaron el intento de golpe de Estado que derivó en la Guerra Civil, ya en marcha.
De esta forma, "si alguien dispone de información" que permita identificar a posibles familiares directos de estos dos aguilarenses puede ponerse en contacto con la asociación a través del teléfono 680634633, del correo electrónico 'aremehisa@hotmail.com' o también meidante Facebook ('https://www.facebook.com/aremehisa').
Con el objetivo de facilitar la identificación y localización de posibles familiares, desde Aremehisa se han dado a conocer algunos datos biográficos de los hermanos asesinados en Córdoba, detallando que Juan Manuel Prieto Martín nació el día 25 de julio de 1904 en Aguilar, donde cinco años más tarde, en 1909, lo haría también su hermano Antonio, el segundo de los cuatro hijos del matrimonio formado por Ignacio Prieto Fernández y Josefa Martín García.
Vinieron al mundo en la propia vivienda familiar, ubicada en el número 41 de la calle Calvario, calzada de acogida de uno de los focos de asentamiento jornalero y obrero en el municipio desde las primeras décadas del siglo XIX.
Ambos tuvieron relación de niños con sus abuelos, Juan Prieto Reyes e Inés Fernández, por línea paterna, y Francisco Martín Mediavilla y Teresa García Fernández por la materna, mientras vieron en Aguilar con sus padres y sus otros dos hermanos, Carmen y Manuel.
Alcanzada la edad adulta, y a diferencia de su hermano Manuel, cabrero de oficio, casado y conocido en Aguilar bajo el apodo de 'Calerito', y de su hermana Carmen, tanto Juan, como Antonio, crecieron profesionalmente vinculados a la órbita automovilística, el primero como mecánico y el segundo como chófer, oficios que desempeñaron ya en la capital cordobesa, ciudad a la que se trasladaron y en la que se aposentaron con carácter independiente.
Junta contrajo matrimonio con Paula Fernández Manibardo, natural de Torrejoncillos (Cáceres), y el matrimonio estableció su lugar de residencia en el número 25 de la calle de Enmedio, en una vivienda que permanecería vinculada a la familia Prieto Fernández, como mínimo, hasta mediados del mes de septiembre de 1936.
Con posterioridad, existe constancia documental de que en 1945, años después del asesinato de su marido, su viuda, Paula Fernández Manibardo, abandonó el citado inmueble para trasladarse a otro situado en la calle Sebastián de Belalcazar s/n, junto con los dos hijos que había tenido con Juan y que en el momento del asesinato de éste eran menores de edad, Josefa Prieto Fernández y Manuel Prieto Fernández.
Ahora, según ha destacado Aremehisa, "el 10 de enero del presente año 2019, tras más de 80 años de vergonzoso abandono institucional a las familias de más 11.000 personas inocentes asesinadas a lo largo y ancho de la provincia de Córdoba, dio comienzo en el Cementerio de la Salud la intervención para la investigación de las fosas y la exhumación de las personas represaliadas tras los acontecimientos represivos desatados a
raíz del golpe militar de julio de 1936".
El pasado 22 de enero, "el equipo técnico al cargo del trabajo de campo informó de la realización con éxito de la exhumación de la primera persona represaliada en la ciudad de Córdoba como consecuencia de la acción franquista. Así lo confirmaban, según la notificación del equipo técnico, las claras evidencias criminales en forma de balística y los episodios de violencia derivados de disparos por arma de fuego en un esqueleto masculino compatible, por el contexto y las características antropológicas, con el de Juan Manuel Prieto Martín, y ese mismo día también serían exhumados los restos de su hermano Antonio Prieto Martín".