El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que tuvo una "relación interesante" con el general James Mattis, quien el jueves presentó su dimisión como secretario de Defensa después de que la Casa Blanca anunciara la retirada de las tropas estadounidenses en Siria.
En Twitter, Trump defendió su decisión de contratar a Mattis, quien trabajó para su antecesor, el presidente Barack Obama (2009-2017), pero tuvo que dejar el cargo en 2013 supuestamente por desacuerdos sobre el pacto nuclear con Irán.
"Cuando el presidente Obama despidió sin piedad a Jim Mattis, yo le di una segunda oportunidad. Algunos pensaron que no debía hacerlo, pero lo hice. Una relación interesante, pero también le di todos los recursos que nunca tuvo", tuiteó el mandatario.
Trump, además, respondió en Twitter a la carta en la que Mattis hizo pública su renuncia, que se hará efectiva el 28 de febrero.
En esa misiva, Mattis hizo una férrea defensa del sistema de alianzas de EE.UU. en el mundo y opinó que Washington debe "tratar a sus aliados con respecto", así como ser "resuelto e inequívoco" en la forma en que lidia con sus competidores, entre los que mencionó a China y Rusia.
El mandatario, sin referirse a la carta, afirmó que "los aliados son muy importantes, pero no cuando se aprovechan de EE.UU."
Después de la decisión de Mattis, también se ha producido la dimisión del enviado especial de EE.UU. para la coalición contra el Estado Islámico (EI), Brett McGurk.
McGurk tenía previsto dejar su puesto en febrero de 2019, pero el viernes comunicó al Departamento de Estado su deseo de acelerar su salida de la Administración en protesta por la decisión de la Casa Blanca de retirar a los 2.000 soldados estadounidenses desplegados en Siria como parte de una coalición internacional.
Esta semana Trump proclamó la derrota del EI en Siria y consideró que otros países, como Turquía, pueden terminar el trabajo que EE.UU. ha empezado en ese país árabe.
Tanto McGurk como Mattis difieren de ese análisis y creen que la victoria militar sobre el EI debe estar acompañada de una estrategia de reconstrucción para evitar un resurgimiento de los yihadistas.
Además, Mattis y McGurk opinan que Washington debe tratar a sus aliados con respecto y preservar sus alianzas para mantener su hegemonía; mientras que Trump considera que sus socios "se aprovechan" del liderazgo estadounidense y apuesta por una estrategia aislacionista.