El Juzgado de Instrucción 4 de Vera (Almería) ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza para un hombre acusado de abordar a una joven cuando hacía 'running' e intentar violarla mientras la agarraba fuertemente del cuello si bien la rápida intervención de cuatro hombres que transitaban por la zona le impidió consumarla y ayudó a su detención.
El auto, hecho público este miércoles, imputa al hombre la presunta comisión un delito de tentativa de agresión sexual con la concurrencia de las agravantes de alevosía y reincidencia ya que le constan dos condenas por agresiones sexuales consumadas en 2008 y 2011 y acuerda la prisión al existir también riesgo de fuga porque no le consta trabajo, pensión, arraigo o existencia de familiares.
Según recoge el juez Alfonso Peralta, el pasado día 21, aproximadamente entre las 19,40 y 19,50 horas en la Urbanización La Cabuzana, dirección Vera, la víctima corría por la acera pegada al carril-bici con auriculares escuchando música, cuando se cruzó con el coche en el que volvían de haber estado de caza los cuatro hombres que a la postre le prestaron la auxilio.
Entonces, presuntamente, vieron cruzar al detenido tras salir de detrás unos arbustos, pasar corriendo por detrás del coche y dirigirse "con mucha velocidad y de forma directa hacia la víctima mientras se sujetaba los pantalones por detrás tras habérselos desabrochado previamente".
Como pensaron que "podría tener malas intenciones", los ocupantes del coche se orillaron para ver qué ocurría y vieron al investigado "coger fuertemente del cuello a la víctima y arrastrarla hacia la zona de campo y arbustos aprovechando que era zona despoblada y que había poca luz por ser el atardecer", según su relato.
"Al ver esto, --detalla la resolución-- los testigos corrieron hacia la víctima, y al llegar la escucharon pedir auxilio al tiempo que encontraron al agresor agarrándole fuertemente del cuello para asfixiarla".
La víctima estaba tumbada en el suelo, "pidiendo auxilio y resistiéndose intentando golpearle con el teléfono móvil y con unas llaves" mientras que él "llevaba los pantalones desabrochados, con la bragueta bajada y los pantalones semibajados por encima de las rodillas".
El juez señala que, mientras que dos de los testigos separaban al detenido de la mujer "con gran trabajo pues la agarraba fuertemente", otro de ellos se quedó con ella "calmándola".
Luego pararon un coche conducido por una mujer, tras la negativa de otros dos conductores que pasaron antes con su turismo, con cuyo teléfono móvil pudieron pedir auxilio a emergencias. La víctima sufrió un pequeño hematoma en pómulo derecho y contusiones en ambas rodillas.
El auto recoge que existen indicios suficientes para atribuirle la responsabilidad criminal al detenido, "en cuanto que fue sorprendido por los testigos, con su plan criminal, sus intenciones lascivas, y detenido en una tentativa acabada pues fueron los testigos los que frustraron la consumación de las intenciones libidinosas del detenido".
"Se había desabrochado y bajado los pantalones y había arrastrado a la víctima a un lugar del campo despoblado y carente de iluminación y alejado de núcleo urbano, intentando asfixiarla y retenerla para en su caso, se entiende, forzarla a relaciones sexuales", remarca.
El juez apunta, asimismo, que se negó a declarar, y aunque manifestó un domicilio, "no se puede asegurar la existencia real del mismo, pues ha dado dos descripciones distintas", a lo que añade que para justificar la prisión, a la que se opuso la defensa, que existe "peligro máximo su libertad ante la posibilidad de cometer nuevos hechos delictivos de similares características".
"Es más, puede anticiparse que de no haber sido por los testigos, quizás el detenido podría haber consumado el delito", concluye.