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Jerez

“Obama rompió el protocolo al minuto de llegar y abrazó a todos”

Viva Jerez habla con el percusionista jerezano Carlos Merino, de la banda de Pitingo, tras actuar para los Obama en Madrid

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  • Los Obama con los músicos tras la actuación. -

A nivel artístico, los músicos jerezanos Carlos Merino, percusionista, y Pedro Pimentel, guitarrista, ambos de gira con la banda de Pitingo, han tenido la oportunidad de colaborar y codearse con nombres internacionales, pero actuar para un alto cargo mundial que encima ha hecho historia al convertirse en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos no entraba en sus planes. Finalmente, la persona “supergorda” y su familia para los que tenían que tocar  resultaron ser Barack Obama, su esposa Michelle y sus hijas durante su visita a España.

Fue hace una semana, en el restaurante Filandon, en El Pardo, donde disfrutaron de una cena en la que no podía faltar un espectáculo flamenco capitaneado por Pitingo. Días después,  Merino narra a Viva Jerez cómo fue ese momento de conocer a un político que además personalmente admira. “Al principio no éramos muy conscientes, y te lo tomas como una actuación más, pero cuando llegamos al restaurante, estábamos nerviosos, estábamos descompuestos”, admite entre risas. Lo que más les preocupaba, además de que todo saliera bien, era no meter la pata en el tema del protocolo al tratarse del expresidente de los Estados Unidos.

“Las reglas para estos casos son muy estrictas, pero todo el protocolo que guardamos lo quitó él (por Obama) al minuto de llegar. Nos dio la mano y nos abrazó a todos. Su esposa también fue supercariñosa con todos, fueron cercanos, humildes, naturales...son personas normales; estuvimos hablando un rato con ellos”, señala. Tal era la normalidad que Merino reconoce que “llegaba hasta a asustar”. “Estamos hablando de un personaje histórico que ha luchado por la igualdad de las personas y que ha sido admirado por todos los ciudadanos del mundo”.

Precisamente fue a él a quien le tocó romper el hielo porque “por colocación” era el primero. “No sabía que hacer con los nervios, pero fue muy simpático”, explica. Aunque Pitingo llevaba su repertorio, en el que no podían faltar versiones clásicas como Killing Me Softly, siempre a capela, atendieron a las peticiones de flamenco tradicional. “Bailamos todos (por la banda) bulerías. Y a ellos se les veía a gusto  y disfrutando”. Tanto es así que cuando terminaron de cantar y le preguntaron si les estaba gustando España, Obama les aseguró que tras escucharlos “le estaba gustando mucho más”.

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