La elevada puntuación que se exige en el examen de inglés y la incertidumbre del "brexit" frenan la exportación de enfermeras españolas al Reino Unido, destino predilecto de estas profesionales sanitarias en la última década.
Y es que trasladarse a Gran Bretaña a vivir la experiencia de trabajar en el extranjero ya no es tan fácil como antes de que el Reino Unido decidiera abandonar la Unión Europea, ni tendrá los beneficios curriculares que las motivaban a coger las maletas.
El número de registros de enfermeras en el Consejo de Enfermería y Obstetricia británico (NMC, en inglés) ha sufrido en los últimos doce meses un descenso del 95 % respecto a la media de los cuatro años anteriores, pasando de 1.966 inscripciones a 104.
El centenar de inscripciones realizadas hasta octubre de 2017 contrasta con las 657 de 2016 y las 1.246 de 2015, siendo España el país de la UE con el mayor descenso en los últimos cuatro años.
La directora de Asuntos Internacionales del Consejo General de Enfermería de España, Cristina García-Vivar, reconoce, en unas declaraciones a Efe, que el examen de inglés "ha significado una barrera" al requerir un nivel avanzado del idioma, equivalente al C1 del Marco Común Europeo.
Algo que también apunta Teresa Fernández de Mesa, directora de Jobs Agency FM, una agencia que recluta personal sanitario para trabajar en Inglaterra y que, desde que se implementó la prueba de nivel en enero de 2016, extendió su labor a Irlanda.
La prueba, obligatoria para poder registrarse en el NMC como también en otros sectores del sistema de salud británico, sirve para evaluar la competencia lingüística de los postulantes en comprensión escrita y oral, redacción y habla.
Fernández de Mesa cree que si el 7 que se exige en el sistema de evaluación IELTS no fuera obligatorio, los números no habrían bajado tanto: "Es francamente difícil, si mi hija lo hubiera hecho cuando se fue, no lo habría pasado", asegura.
Su testimonio coincide con el de varias enfermeras contactadas por Efe que llegaron al país antes de la existencia del test.
"Vine con el inglés básico, no habría aprobado", revela Sara Parcerisa, enfermera del King's College Hospital de Londres, que llegó al país hace cinco años después de quedarse en paro.
La dificultad de encontrar un trabajo estable también fue el motivo que empujó a Edith Delgado a emprender la experiencia de trabajar en el Reino Unido, ya que en España sólo la habían llamado para hacer sustituciones y algunas guardias.
Al igual que Parcerisa, Delgado confiesa que no habría superado la prueba: "Yo vine en 2010 y entonces no había ningún examen. Creo que hoy en día no habría podido conseguirlo", explicó.
García-Vivar destaca la "incertidumbre" que genera el "brexit" como una de las causas que más influyen en esta situación, un asunto para el que el Consejo ha encargado un estudio en profundidad.
Fernández de Mesa está convencida de que el "brexit" ha hecho perder al Reino Unido parte de su atractivo porque, entre otras cosas, trabajar en un hospital público no computará para obtener plazas en centros públicos en España.
La salida de la UE también es una de las razones por las que casi la mitad de los médicos provenientes de otros países comunitarios que trabajan en el Reino Unido quieren marcharse del país, según una encuesta realizada por la British Medical Asociation.
La reducción del registro de enfermeras en el NMC también se debe, a juicio de García-Vivar, "al aumento de las oportunidades en España y a las buenas condiciones laborales del sector".
De hecho, según datos del Consejo de Enfermería, el número de enfermeras que ha ido a trabajar al exterior ha sufrido un descenso, al pasar de 3.879 personas en 2014, a 2.013 dos años más tarde, una reducción del 48 %.
Sin embargo, pese a estos nuevos problemas, otras enfermeras y comadronas aseguraron a Efe que las condiciones laborales en las que trabajan en el Reino Unido han cumplido e incluso mejorado sus expectativas iniciales, porque aquí hay más oportunidades.
Este es el caso de Laura Benach, enfermera del Great Ormond Sreet Hospital de Londres, a quien le ofrecieron un curso universitario para poder ejercer en Pediatría, o el de Xavier Serrat, que accedió a enfermero de quirófano en el Barnet General Hospital de Londres.