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La "ciudad que da la Hora" con una torre desde la que se verá la Bahía

El nuevo edificio de la Sección de Hora es el que garantiza que el servicio siga en San Fernando y la apertura de Torrealta hará más isleño al Observatorio.

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“La torre Alta se encuentra junto al Real Observatorio de Marina de la localidad de San Fernando, provincia de Cádiz. Es una torre vigía del siglo XVII-XVIII. Se trata de una torre cuadrada de 22 metros de altura y 10 metros de lado con tres plantas comunicadas por una escalera de caracol. Su arranque forma talud por los cuatro costados. La única puerta de entrada tiene 4 metros de altura y debió de ser levadiza”.

Eso es lo que dice el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico sobre un monumento que forma parte del ADN de los isleños y de aquellas personas que ha pasado por el Real Instituto y Observatorio de Marina sirviendo a España y a la Ciencia.

“Torre Alta era un importante punto de comunicaciones militar, ya que mediante sistemas de banderas y gallardetes mandaba y recibía mensajes desde Cádiz, concretamente desde la Torre Tavira. Su uso permitió actuar con velocidad y eficacia a la hora de que las defensas de Cádiz y la Isla de León se emplearan conjuntamente”.

Se queda ahí, en el siglo XIX, aunque ha seguido siendo nudo de comunicaciones en el siglo XX, ya que ha actuado como centro de transmisiones.

Hoy en día la noticia es que está tomada por los andamios y es una buena noticia por cuando se trata de un bien histórico para el que se ha firmado un convenio con el Ayuntamiento de San Fernando de forma que sea un activo turístico.

No en vano desde Torrealta (aquí se le llama de corrido) se ve toda la Bahía a pesar de que se lo han puesto difícil con el auge del ladrillo en los primeros años del siglo.

La idea es que a principios de año pueda ser visitada, lo mismo que es visitado el Real Observatorio de Marina. Más que visitado, es el más visitado de San Fernando, aunque el Museo Naval de Capitanía está tomando cuerpo.

La primera fase se centra en el arreglo de la fachada y la primera planta, además, obviamente, de la escalera paa subir a la azotea. La segunda fase -¡ay!- es recuperar todo lo demás pero nadie ha afirmado ni firmado nada. Y aquí las cosas tardan hasta cuando se firman...

Lo más importante
Sin embargo, aunque lo novedoso y lo fotográfico -o videográfico- sea la torre llena de andamios, desde la base a la azotea, lo realmente importante del Observatorio de la Armada está en un edificio de corte moderno, feíllo por fuera, todo sea dicho pero que por dentro esconde la más alta tecnología. Tanto en el continente porque se ha construido con los más avanzados sistemas de construcción como en el continente, que lo tendrá.

No en vano se trata de la construcción del nuevo edificio de la Hora. Y hablar de Hora (con mayúsculas) en San Fenando es hablar del Observatorio, de la Hora Oficial y Legal de España. ¿O acaso no se refería la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, a La Isla como la ciudad que da la hora?

El laboratorio de la Hora en el Real Observatorio de la Armada (ROA) de San Fernando está instalado en un edificio del siglo XIX acondicionado en 1990 para albergar esa sección que es una de las señas de identidad de la actividad actual del centro, sobre todo por sus implicaciones directas en cientos de operaciones y transacciones que realizan los ciudadanos cada día.

Se trata de un edificio que actualmente no cumple los estándares requeridos para mantener el Patrón Nacional de una unidad básica de medida, que es el segundo, además de que se ha quedado pequeño para acoger a nuevo personal investigador, una circunstancia que todavía determina más la necesidad de un nuevo enclave al impedir abrir nuevas líneas de investigación y colaboraciones.

O sea, que era construir un nuevo edificio o que el laboratorio de la Hora se trasladara a Madrid, que no hay que olvidar que es el único servicio de este tipo que está fuera de la capital de España.

Los primeros movimientos para poner en marcha el proyecto parte de la propia legislación y en concreto la Orden de Presidencia 1551/2003 de Administración Electrónica por la que se regulan los registros, las notificaciones telemáticas y la utilización de medios telemáticos para la aportación de certificados por los ciudadanos.

El Real Decreto 1308/1992 de 23 de octubre ya declaraba al Observatorio de San Fernando como depositario del Patrón Nacional de Tiempo. El Ministerio de Defensa (Minisdef) solicita a la Armada que redacte un Plan de Necesidades de Obras (PNO) para financiar un nuevo edificio con recursos del Órgano Central del propio Minisdef.

Un proyecto de futuro
El coste del proyecto, entonces, era de 400.000 euros, aunque en 2005 la Armada aprueba un proyecto de casi 600.000 euros, pero se trataba de un edificio asimilado a residencia, no a laboratorio de Metrología y Calibración.

Desde el Real Observatorio de la Armada no estaban de acuerdo con ese proyecto y pelearon para cambiar las cosas hasta conseguir que entre 2006 y 2007 se produjera una nueva propuesta de PNO que ya contemplaba la construcción de un edificio asimilado a un laboratorio de Metrología y Calibración y cuyo coste ascendía a 2,5 millones de euros.

Fernando Belizón Rodríguez, ex director del Observatorio hasta 2013, fue quien llevó el peso se ese proyecto, o de ese cambio en el proyecto original a todas luces insuficiente y quien lo contaba con pelos y señales en una conferencia en el mes de marzo del año pasado.

Después de no pocas vicisitudes, el 23 de abril de 2014 se firma un Convenio de Colaboración, esta vez a nivel ministerial –ministro de Defensa, ministro de Ciencia e Innovación y consejero del ramo de la Junta de Andalucía.

El protocolo anterior lo había sido a nivel de directores generales. En dicho convenio se especifica que los fondos son para la Construcción del edificio para la Sección de Hora del Real Observatorio.

Es precisamente ese convenio y todo lo que lleva aparejado lo que ha permitido la realización de la obra que comenzó el 23 de junio de ese mismo año, cubriéndose aguas a mediados de marzo del año pasado de 2015.

La finalización estaba prevista para el 31 de julio del año pasado, entregándose al ROA un mes más tarde y seis meses después, principios de marzo de 2017, el nuevo laboratorio estaba previsto que funcione a pleno rendimiento.

No ha sido así, pero las obras sigue adelante y se han tenido que enfrentar a todo lo que representa un cambio en la legislación de este tipo de construcciones, lo que a la postre ha traído más problemas que no contar con dinero. O no contar con ladrillos.

Lo importante es que esa torre que ahora está cubierta por andamios y que se espera que esté terminada a finales de este año -aunque las obras las carga el diablo- va a ser un atractivo más.
Y lo más importante que el edificio de la Hora, el nuevo, ya no tiene marcha atrás y San Fernando seguirá siendo “la ciudad que da la Hora”.

Como se decía en aquel reportaje publicado por Información el 24 de abril de 2016, todo se ha conseguido porque los protagonistas de este hito “nunca se dieron por vencidos”.

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