La Guardia Civil ha desarticulado dos redes que operaban con droga traída desde Marruecos para distribuirla por Europa, en una operación que ha concluido con la detención de 26 personas en cinco comunidades y la aprehensión de 4.350 kilos de hachís.
La operación "Araticu", en la que han trabajado durante un año agentes de la Guardia Civil de Cantabria y de Málaga, ha permitido también esclarecer un homicidio ocurrido en Madrid que investiga la Policía Nacional, con el que se relaciona a uno de los detenidos.
El delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz; el coronel jefe de la Guardia Civil en esta comunidad, Luis del Castillo, y el teniente jefe del equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA), Alfonso Serrano, han dado a conocer hoy el resultado de esta operación.
Iniciada a mediados de 2016, la investigación ha concluido con la detención de 18 marroquíes, 7 españoles y un holandés en 9 provincias (6 en Vizcaya, 6 en Madrid, 3 en Cantabria, 2 en Málaga, 2 en Burgos, 2 en Vitoria, 1 en Cádiz y 1 en Palencia).
De los 26 detenidos en Cantabria, País Vasco, Andalucía, Castilla y León y Madrid, 16 permanecen en prisión, mientras que el resto han sido puestos en libertad con cargos.
Además, se han aprehendido 4.350 kilos de hachís, que transportaban en vehículos dotados de un doble fondo "muy sofisticado y casi imposible de detectar", a través de diversas rutas en las que extremaban las medidas de seguridad, según ha explicado Serrano.
La droga se traía de Marruecos y se distribuía en España, pero también se trasladaba a Francia, Holanda y Bélgica para su venta.
La Guardia Civil también se ha incautado de más de 350 gramos de cocaína y diferentes cantidades de marihuana y ketamina, y ha requisado 234.000 euros y 10.000 dólares americanos, 17 vehículos, 71 teléfonos móviles, entre otros efectos, en los 20 registros que ha llevado a cabo en domicilios, garajes, trasteros y locales.
En esta operación, que se cerró hace unas dos semanas, se han bloqueado además 8 cuentas bancarias y cuatro inmuebles en la Costa del Sol valorados en más de 850.000 euros pertenecientes a una empresa, en la que figuraba como administradora la mujer del cabecilla de la red que operaba desde Málaga.
La Guardia Civil acusa a este hombre, el detenido de mayor nivel jerárquico dentro de estas organizaciones, de disponer la entrada y distribución de gran número de alijos de hachís desde Marruecos y de tejer un entramado de bienes inmuebles ocultos tras una empresa sin actividad, para blanquear los beneficios obtenidos con la droga.
La operación arrancó con la vigilancia de un vecino de Parbayón (Cantabria) apodado el "paraguayo", de ahí el nombre de "Araticu", denominación de una fruta en este país latinoamericano, que realizaba frecuentes viajes al sur de España y que se sospechaba que transportaba grandes cantidades de droga.
A este hombre, que manejaba hachís de la "mejor calidad" del mercado en Cantabria, según el jefe del EDOA en la región, se le relacionó con un grupo organizado de distribución de esta droga en el País Vasco, con contactos en Francia, Holanda y Bélgica, a través de los que importaban vehículos dotados con doble fondo.
Además, en uno de sus viajes se reunió en Madrid con un vecino de Marbella, cuya mujer era la administradora de una sociedad con propiedades en la Costa del Sol sin que constara que ella tuviera ingresos y del que estaba vinculado a un alijo de casi 2,5 toneladas de hachís incautado en San Roque.
A partir de ahí, la Guardia Civil intervino varios alijos de hachís ocultos en el doble fondo de diversos vehículos en Aguilar de Campoo (Palencia), Bizkaia y Santander, donde se incautaron al vecino de Parbayón en un garaje 700 kilos de esta droga.
Después la investigación se centró en localizar e identificar a los componentes de estos dos grupos independientes, pero relacionados con otro de Marruecos, con la desarticulación de que estaba afincado en el País Vasco, con detenciones en Durango, Matiena, Zumaia y Vitoria, así como en Madrid, donde disponía de una rama logística, y la incautación de 300 kilos de hachís.
A finales de mayo se desarticuló el grupo afincado en Málaga, con la intervención de 500 kilos de hachís en Cádiz y la aprehensión de distintas cantidades de dinero y otras drogas.
En esta operación, dirigida por el Juzgado de Instrucción nº 3 de Santander y el Fiscal Antidroga del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, han participado también agentes de la Policía Judicial de Bizkaia, Vitoria y Gipuzkoa, así como a la USECIC de Madrid y Algeciras, la Unidad Central Operativa (UCO) y al Grupo de Acción Rápida (GAR)