El obispo de Huelva, José Vilaplana, ha destacado la importancia de Pentecostés y ha recordado a los peregrinos de la romería del Rocío que "la alegría que brota de la fe es el gran antídoto contra la tristeza
en la que muchos viven".
En su carta publicada en el Semanario de Información de la Diócesis de Huelva, consultada por Europa Press, el obispo incide en que "hay muchas formas de caminar en la vida", de manera que "la del cristiano está inspirada por los valores del Evangelio".
Por ello, ha subrayado que "lo que debe estar en lo profundo del corazón y de la fiesta es la fe en Dios" y "el amor y devoción a la Virgen y la fraternidad cristiana", ha proseguido.
Por otra parte, Vilaplana ha hecho hincapié en que "la romería del Rocío tiene lugar en una de las fiestas más importantes del año cristiano". "Pentecostés fue el comienzo de la Iglesia. María, rodeada de los discípulos, recibió de nuevo el Espíritu. Si la primera vez fue para ser Madre del Señor, la segunda lo fue para ser Madre de la Iglesia", ha explicado.
Por eso, el obispo ha asegurado que "si toda devoción mariana tiene un profundo sentido eclesial, con más razón la devoción rociera", al tiempo que ha remarcado que "las hermandades rocieras, en cualquier lugar en que estén afincadas, deben cultivar el espíritu de la evangelización no sólo de los hermanos, sino también del ambiente en el que estén presentes".
Del mismo modo, en su carta, el obispo ha señalado que "no podemos soslayar la naturaleza festiva de la celebración del Rocío". "No es una fiesta de penitencia, sino una fiesta de gloria pues tiene lugar al terminar el tiempo de la Pascua, el tiempo de la resurrección", ha agregado.
Así, José Vilaplana ha redundado en que "la alegría que brota de la fe es el gran antídoto contra la tristeza en la que muchos viven". Ha puesto como ejemplo que "cuando Jesús triunfa de la muerte y se aparece a los suyos la reacción de éstos fue la alegría, una alegría que el mundo no
puede ni dar ni quitar".
Para el obispo de Huelva, "la fiesta, la convivencia fraterna, compartir el camino, disfrutar del encuentro son elementos presentes en esta fiesta", de manera que "sólo necesitamos tomar conciencia, sobre todo cuando estemos a los pies de la Virgen, de lo que inspira todo eso".
"La esperanza, por su parte, es lo que sostiene al peregrino cuando
llega el cansancio y lo que sostiene en la lucha a los que trabajan por hacer un mundo mejor. La fortaleza de espíritu nos permite permanecer imbatidos cuando llega la adversidad. Y, finalmente, la solidaridad que no es sino la expresión del amor más auténtico y genuino: aquel que se da sin esperar retorno", ha concluido.