Más de doscientas personas acompañaron a la ya ex concejal del Ayuntamiento de San Fernando y ex delegada de Igualdad y Políticas Sociales, Ana Lorenzo, desde la plaza del Rey hasta el Centro de Congresos donde iba a tener lugar la votación de la dimisión solicitada por ella misma tras ser traicionada por una familia a la que prestaba ayuda.
A esos manifestantes que llevaban camisetas con la frase Yo también soy Ana Lorenzo se unieron los concejales del equipo de Gobierno pertenecientes al desaparecido Partido Andalucista, pero ni uno solo de sus compañeros de Corporación socialistas la acompañó.
En realidad, la propia Ana Lorenzo mostró sus dudas sobre si acudir al Pleno, aunque luego no ha querido defraudar a quienes le habían prestado su apoyo en una iniciativa espontánea surgida en internet por personas a las que había ayudado en algún momento. Pero no políticos.
Posiblemente si no hubiera sido por esa correspondencia que ella entendió que tenía que ejercer no hubiera ido y de hecho en el Pleno reconoció que han sido “si no los peores ratos de mi vida, uno de los peores”.
Lorenzo deseó que lo que le ha ocurrido sirva para algo bueno, como para que se pongan sobre la mesa medidas que palien el problema de la vivienda y luego respondió a cada uno de los portavoces en general, y en particular a la portavoz de Sí se puede, quien le había dicho que en vez de dimitir debería de haber dejado el PSOE y sentarse en los bancos de la oposición.
“Nací socialista, soy socialista y seguiré siendo socialista y no voy a dejar mi partido para ir a la oposición. Entonces sí que no dormiría”, contestó Lorenzo a la compañera de Corporación, a la vez que aclaraba que nunca traicionaría al PSOE. De hecho, Ana Lorenzo entregó su cargo y su acta de concejal que ahora ocupará la siguiente persona en la lista del PSOE.
En el salón de Plenos, que ya es pequeño hasta para los concejales y al prensa, radio y televisión solos, no cabía una mosca y eso hizo aún más emotivo el acto de despedida. Porque no sólo era calor físico el que se respiraba en la sala, sino calor humano de las personas que han querido apoyarla hasta el último momento, desde compañeros de partido hasta personas de la calle.
El equipo de Gobierno socialista se queda, pues, sin la única concejala que apoyó abiertamente a Pedro Sánchez.