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Sanlúcar

Papa canonizará al sacerdote Faustino Míguez, que recaló en Sanlúcar

Analizó las famosas aguas de Las Piletas y fue nombrado Hijo adoptivo de la ciudad, donde creó el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora en 1855

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  • Audiencia del Papa. -

El papa canonizará el 15 de octubre en una ceremonia en la basílica de San Pedro al beato español Faustino Miguez, fundador del instituto calasancio Hijas de la Divina Pastora.

Así lo anunció hoy el pontífice durante el consistorio celebrado en el que se fijaron las fechas para las ceremonias de canonización de varios futuros santos.

El nuevo santo español nació en Xamirás, una aldea de Acebedo del Río, Celanova, en la provincia de Orense, el 24 de marzo de 1831 y falleció en Getafe (Madrid) el 8 de marzo de 1925.

Durante su estancia en el colegio de los escolapios en Guanabacoa (Cuba) su afición por la naturaleza y las plantas le llevó a investigar sobre las mismas y sus efectos terapéuticos, que experimentó en sí mismo.

El Padre Faustino Míguez estuvo en Sanlúcar de Barrameda, en la sede canónica de la Hermandad del Silencio y en el actual Colegio de la Salle (anteriormente Colegio Escolapio) desde 1869 a 1873 y vuelve de nuevo del año 1879 a 1888. Analizó las famosas aguas de "Las Piletas" y fue nombrado Hijo adoptivo de Sanlúcar de Barrameda.

Desde su beatificación en el año 1998, la Hermandad del Silencio posee una Reliquia la cual está expuesta para veneración de los fieles bajo una fotografía del próximo Santo en la capilla de María Santísima del Amor.

Sus éxitos en la curación mediante las plantas le llevaron a elaborar específicos, de los que 12 se hallan registrados en la Dirección General de Sanidad desde 1922, vendidos en numerosas farmacias, y creó el laboratorio Miguez de Getafe (Madrid).

En Sanlúcar de Barrameda pidió permiso a sus superiores para crear el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, el 2 de enero de 1855, con objeto de atender a las niñas.

Fue beatificado en octubre de 1998 por Juan Pablo II en el Vaticano.

El milagro, un hecho extraordinario para la medicina, ocurrió en favor de Verónica Stobert, una madre chilena, apoderada y catequista del Colegio Divina Pastora, con un cuadro de preclampsia y hemorragia en su cuarto embarazo.

Su esposo e hijas atribuyen el milagro a Faustino Míguez, según la conferencia episcopal de Chile

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