El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez está centrando su precampaña para las primarias socialistas principalmente en Andalucía, la comunidad autónoma que más ha visitado desde que anunció que quiere recuperar las riendas del partido. De esta manera, trata de contrarrestar el poder de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en su federación, la más numerosa con mucha diferencia, y que puede ser clave en la elección del próximo líder de partido.
A falta de cerrar el censo, se calcula que el PSOE de Andalucía tiene 45.000 afiliados, un número muy superior al de cualquier otra federación. En el segundo lugar, tradicionalmente ocupado por Cataluña, está la Comunidad Valenciana, con unos 17.000 militantes y después aparece el PSOE de Madrid, con unos 14.500.
De esta manera, el voto de los andaluces puede marcar de manera definitiva quién ganará las primarias. Aunque en el equipo de Pedro Sánchez se asegura que su candidato cuenta con mucho apoyo en esta federación, algunas fuentes asumen que es muy complicado ganar a Susana Díaz en su territorio.
En todo caso, el objetivo es que la ventaja no sea tal que se haga irrecuperable con la suma del resto de territorios, en algunos de los que el predicamento de Sánchez entre los militantes parece, a priori, mayor.
Para movilizar a sus posibles votantes, Sánchez ha protagonizado ya tres mítines en Andalucía desde que arrancó su precampaña, precisamente en Dos Hermanas (Sevilla). Allí, acompañado por el alcalde de esta localidad, Francisco Toscano, anunció su candidatura en un multitudinario acto.
Después, estuvo en Cádiz el 12 de marzo, el mismo día que el entorno de Susana Díaz confirmó que se presentará a las primarias, y volvió este sábado a Granada. En todos los casos, con una importante afluencia de simpatizantes.
NO HA PISADO CATALUÑA, DONDE TODOS LE VEN CON VENTAJA
Andalucía es la única comunidad autónoma que ha 'repetido' Sánchez en esta precampaña. En Madrid, por ejemplo, sólo ha celebrado un acto, el 20 de febrero, para presentar su proyecto político y, mientras tanto, todavía no ha acudido a Cataluña.
Y esto pese a que Cataluña será otra comunidad clave en estas primarias. Con un censo de unos 14.000 militantes --una vez 'limpiado' de los que no estaban al corriente de pago y que han hecho bajar al PSC de la segunda a la cuarta posición en afiliados--, pocos dudan de que el candidato con mayor apoyo, en principio, es Pedro Sánchez.
Aunque el equipo del exlehendakari Patxi López insiste en que su proyecto tiene un hueco para aquellos que quieren evitar el "choque de trenes", que, a su juicio, suponen las otras candidaturas, dirigentes del PSOE y del PSC admiten que Sánchez aparece como el aspirante con más posibilidades en Cataluña.
Y especialmente con el giro que ha dado a su discurso después de dejar la Secretaría General del PSOE y el Congreso de los Diputados, abogando por reconocer a Cataluña como una nación en la Constitución, con una reforma que contemple la España "plurinacional".
En cambio, señalan las mismas fuentes, el discurso de Susana Díaz puede encontrar más dificultades para calar en el electorado catalán, donde algunos hablan incluso de "antisusanismo", una tendencia que 'sanchistas' y 'patxistas' aseguran encontrar no sólo en Cataluña.
Para intentar limar estas reticencias, podrá jugar un papel destacado Eduardo Madina, que perdió frente a Pedro Sánchez en las anteriores primarias, en las que el madrileño tuvo el apoyo de la presidenta andaluza. El diputado vasco fue el candidato más votado por el PSC aquel julio de 2014 y mantiene un círculo de contactos en Cataluña.
A falta de que Susana Díaz arranque la campaña formalmente, una vez presente su candidatura el próximo 26 de marzo en Madrid, es evidente que cuidará mucho su federación. Los suyos confían en que el apoyo masivo que esperan tener en Andalucia decante de manera definitiva la elección.
Y para sostenerlo, recuerdan que en 2014 Pedro Sánchez ganó con 19.000 votos (61,14%) en esta federación a Eduardo Madina, que se quedó en los 7.200. Ahora, recalcan el apoyo hacia Susana Díaz puede ser aún más mayoritario y sólo con rozar el 50% puede hacer que la diferencia sea insalvable.
Con todo, y aunque todas las candidaturas aseguran tener fuerza para hacerse con la victoria, nadie la da por sentada. Y, en este sentido, hay un factor que todos miran con atención: el voto oculto. Según muchos socialistas, la forma en que se está desarrollando esta campaña hace que los distintos aparatos, sea cual sea su signo, tengan menos control sobre el conjunto de la militancia.
En principio, Sánchez parte sin el apoyo de ningún 'barón' territorial, a excepción la líder del PSN, María Chivite, mientras el del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, quiere mantener la neutralidad.
Mientras tanto, Susana Díaz cuenta con el favor de cinco de los otros seis presidentes autonómicos (Extremadura, Guillermo Fernández Vara; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Comunidad Valenciana, Ximo Puig; Asturias, Javier Fernández, y Aragón, Javier Lambán).
La otra presidenta autonómica, la balear Francina Armengol, es una de las impulsoras de la candidatura de Patxi López, que aglutina a muchos de los antiguos apoyos de Pedro Sánchez. Con el diputado vasco está también el PSE; el secretario general del PSOE de La Rioja, César Luena; el de Murcia, Rafael González Tovar, y la de Madrid, Sara Hernández.
Pero, en muchos casos, las federaciones están muy divididas, como es el caso de la madrileña, en la que la candidatura de Susana Díaz ha sido aplaudida por muchos. De hecho, ha logrado poner de acuerdo a la portavoz en el Ayuntamiento, Purificación Causapié, con su predecesor, Antonio Miguel Carmona.
Así las cosas, la primera demostración real de fuerza la podrán hacer los candidatos con la recogida de avales, que comenzará una vez el Comité Federal del PSOE ponga fecha a la votación y señale todos los hitos del calendario que llevará a la elección del nuevo secretario general del partido.