Llegó marzo y con él la Cuaresma. Los jienenses han celebrado el primer día del tiempo litúrgico, de preparación de la Pascua de Resurrección, de un período de penitencia que los cofrades vivieron con la Misa de Imposición de la Ceniza en la Catedral y el Vía Crucis, presidido por primera vez por la imagen de La Piedad, de la Cofradía del Santísimo Cristo Yacente y Siervos de Nuestra Señora de la Soledad.
La Basílica Menor Parroquia de San Ildefonso despidió a la Imagen, trasladada sobre unas andas nuevas, realizadas por el equipo de Fabricanía de la Cofradía, con elementos del antiguo paso de La Piedad. Catorce hombres guiados por Antonio de Dios Pulido, Juan Manuel Sánchez, Javier Wiña y Javier Torres trasladaron la Imagen por un itinerario que encontró en la calle Bernabé Soriano una de las estampas más bonitas.
Al son de la música de capilla de la Banda Blanco Nájera, la procesión hasta el templo catedralicio la formó un cortejo de 90 cofrades.
El hermano mayor, Jesús Pegalajar, se mostró muy emocionado por ver la Imagen en procesión, tras 24 años sin hacerlo; y por el respeto y la devoción de los jienenses. Para la ocasión se estrenó el traje de muñidor y también unos faroles de mano para el frente de la procesión.
Con un exorno floral especial, con el que se representaban los distintos momentos de la Pasión, La Piedad llegó ante la Catedral, donde la esperaban miembros de la Comisión Permanente de la Agrupación de Cofradías de Jaén, presidida por Francisco Latorre, y hermanos de la Buena Muerte.
Una vez en el Altar, el obispo de la Diócesis, Amadeo Rodríguez, ofició su primera Misa de la Imposición de la Ceniza, ante casi mil personas.
El Vía Crucis, histórico para la Cofradía, se inició con la lectura de la primera de las 14 estaciones, en el presbiterio. Los vocales de Culto de la Agrupación y de la Cofradía, Rafael del Moral y Carolina Pérez, le pusieron voz a las lecturas, desde la Catedral y por San Ildefonso, engalanado para la ocasión. Al cortejo se incorporó la Comisión Permanente de la Agrupación y el obispo; y detrás de La Piedad los fieles, con recogimiento.