Aprovechando que ayer miércoles se conmemoraba la caída del muro de Berlín, la asociación de vecinos de Segunda Aguada convocó un acto reivindicativo en favor de la “caída” del muro de Muñoz Quero. Una barrera arquitectónica que existe desde “tiempos de Carlos Díaz”, afirmaba un vecino, es decir, “hace más de 30 años”, pero que es a través de la entidad vecinal cuando dicha reivindicación se ha trasladado al Gobierno local.
El presidente de la asociación de vecinos de Segunda Aguada, Antonio Peinado, afirmaba que ya con la anterior Corporación se eliminó la verja que coronaba el muro, pero “se paró la intervención porque los vecinos querían que se llevaran a cabo actuaciones en materia de saneamiento”. Estas instalaciones son muy antiguas, y al parecer ese era el beneficio que obtenían los vecinos al ceder a la ciudad un suelo que era privado.
Dicho muro impide el acceso a los vecinos, así como el paso de los servicios de emergencia para cualquier incidente en la zona.
La intención de los vecinos es mejorar el tránsito peatonal a los que habitan en la avenida Segunda Aguada -zona conocida por la curva- a la avenida de Juan Carlos I, y facilitarles la conexión con las líneas de autobuses 2 y 5.
La entidad vecinal asegura que “la calle Muñoz Seca, se encuentra en un estado lamentable y de abandono, por lo que hemos solicitado al Ayuntamiento en numerosas ocasiones la urbanización de la misma”.
También se solicitó en dicho proyecto la colocación de un semáforo en la avenida Juan Carlos I que una la calle Muñoz Seca con las calles Salvador del Mundo y los Porches, acortando distancias con el Hospital Puerta del Mar y otros servicios.
Atendiendo la solicitud de la asociación, el Ayuntamiento tomó la decisión de tirar el muro y urbanizar la calle, pero se encontró con la oposición de los vecinos de los grupos Fariñas. Actualmente, la calle continúa en la misma penosa situación que antes. Por ello, año tras año se repite este acto reivindicativo que busca favorecer a esta zona de la ciudad.