El Cádiz CF salió de las posiciones de descenso con un triunfo ante el complicado Lugo, que encadena tres derrotas consecutivas y no fue capaz de superar a un inspiradísimo Alberto Cifuentes.
Los gaditanos asumieron su papel de no favoritos y jugaron su partido con una idea clara: no encajar ningún gol y esperar a que sonara la flauta arriba. Y sonó, bien que sonó.
Cervera apostó por los jugadores esperados. Migue suplió al sancionado Aridane, Salvi recuperó su sitio en el extremo y Ortuño fue de nuevo la referencia en ataque, eso sí, acompañado por Gorka Santamaría ante la ausencia, eso sí sorprendente, de Rubén Cruz, que no viajó.
Los minutos iniciales fueron del equipo local, mucho más conjuntado y demostrando el por qué de su clasificación. Entrente un Cádiz a la busca del contragolpe que le permitiera poner en problemas al guardameta José Juan.
El juego cadista era claro: balón arriba buscando a Ortuño y los extremos, pero no se llegaba a enlazar ninguna jugada que pusiera en problemas al Lugo.
Lo mejor era el buen nivel de la pareja Sankaré-Migue, habiendo entrado el segundo tras bastantes partidos sin jugar, pero resultando clave su actuación en el triunfo ante un equipo muy difícil de defender y con el máximo goleador de Segunda en sus filas.
Y por detrás de la defensa, el muro. Cifuentes se salió y desde su primera intervención dejó claro que sería casi imposible batirle.
Ortuño se mataba trabajando arriba, pero un partido más no tenía oportunidades claras y con dos paradas seguidas de Cifuentes a Pedraza se llegaba al descanso.
Salvi ya no salió al campo tras el tiempo muerto y sí lo hizo Nico Hidalgo, que sería muy importante en el gol. Este cambio refrescaba la banda derecha del equipo tras el bajón que ya mostraba el sanluqueño, recién recuperado de una lesión.
Y en el minuto 54 entró Güiza para sustituir a Santamaría. El jerezano supo aportar al equipo la pausa necesaria cuando la necesitó, paró el partido a su antojo en los minutos finales y, lo que es más importante, se sacó de la chistera un soberbio taconazo para regalar el gol a Álvaro.
José Mari probó fortuna en una jugada de estrategia, pero José Juan voló para desviar su disparo, flojito pero muy bien colocado.
Y pasada la hora de partido llegó la jugada más bonita de la tarde: Nico Hidalgo entró hasta el fondo, cedió a Güiza y este, que pareció tener ojos en la espalda, le pasó el balón de tacón a Álvaro García, autor de un gol que da vida al Cádiz en la tabla.
Buscó el segundo Ortuño en una jugada personal, pero su eslalom terminó sin disparo al cerrarle la defensa.
Cifuentes, que ya era la estrella del partido, evitó otro gol, esta vez a disparo de Caballero.
Garrido sustituyó a un desfondado Ortuño y el Cádiz se encerró para sufrir. Porque sí, los últimos minutos fueron un frontón con el equipo local atacando y el Cádiz jugando con el cronómetro. Eso sí, a punto estuvo de llegar el 0-2 en un contragolpe. Álvaro García se plantó ante José Juan y elevó el balón sobre él, pero Dealbert lo desvió casi en la línea de gol. Quizás pecara de invididualismo el extremo cadista porque en la jugada le acompañaba Nico Hidalgo, pero ni lo miró.
Sufriendo, pero aguantando y con un portero en estado de gracia, los amarillos sumaron tres puntos de oro cuando quizás menos se esperaban.
Ficha técnica:
0 - Lugo: José Juan; Jordi Calavera, Carlos Hernández, Dealbert, Leuko; Seoane, Pita; Adriá Carmona (Iriome, min.48), Sergio Gil (Caballero, min.69), Pedraza (Brayan Perea, min.75); y Joselu.
1 - Cádiz: Alberto Cifuentes; Carpio, Sankaré, Migue, Luis Ruiz; José Mari, Abdullah; Salvi (Nico Hidalgo, min.46), Gorka Santamaría (Dani Güiza, min.56), Álvaro García; y Ortuño (Garrido, min.77).
Gol: 0-1, min.64: Álvaro García.
Árbitro: David Medié Jiménez, del colegio catalán. Mostró amarilla a Abdullah (min.34), José Mari (min.39), Luis Ruiz (min.61), por parte del Cádiz.
