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El último cierre de Lencería Ramírez en la calle Rosario número 30

Rodeado de familiares, amigos, comerciantes y con la presencia de la alcaldesa, José Manuel Bermúdez cumplió 65 años, cinco meses u ocho días.

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Iba a ser el último y solemne cierre de Lencería Ramírez pero se quedó en cierre a secas porque hubo que dejar entrar a dos rezagados. Pero la operación fue impecable, rodeado de familiares, amigos, comerciantes y hasta clientes, José Manuel Bermúdez Ramírez puso fin a su actividad con 65 años, cinco meses y ocho días “y compitiendo hasta el último día, con la satisfacción del deber cumplido, sin deber absolutamente nada a nadie y rodeado de amigos”.

Aquel negocio que abrió a finales de 1902, cuando no había coches por la calle Rea salvo alguno que se acercaba desde Jerez o El Puerto y tampoco había tranvía -como ahora- ponía fin a una época y a más de un siglo por el que comenzó a andar siendo un refino -“¿qué palabra más bonita verdad?”, preguntó José Manuel y ha finalizado como lencería.

El matrimonio que se vino de Arcos a una ciudad próspera como era La Isla a principios de siglo y el matrimonio que heredó la tienda, sobre todo la madre de José Manuel Bermúdez que fue la primera mujer en ponerse tras un mostrador -decía el ya oficialmente ‘jubilado’ ante la alcaldesa, la primera alcaldesa de la ciudad de San Fernando- ha visto pasar 114 años de historia que el protagonista de la noche relató como si tuviera un libro de historia en las manos. Desde primeros de siglo a las dictaduras y dictablandas, a una Guerra Civil, una postguerra, unos años 80 que trajeron prosperidad y una competencia cada vez mayor, ya a finales de siglo, con las multinacionales.

Recordó a su familia, desde su abuelo a sus tíos, los que estaban llamados a regentar la tienda y lo hicieron durante un tiempo. Uno de ellos murió joven y otro estuvo durante un tiempo hasta que se dedicó a su verdadera vocación, la Medicina. Y llegó su madre que permaneció en la tienda, después de tras el mostrador, en una mesita donde hacía de relaciones pública y de pública relación.

Recordó a los proveedores, a los empleados y al final más empleadas que empleados y a sus clientes, además de a los proveedores. No quiso dejar  a nadie en el olvido aunque no dijera todos los nombres, pero sí los gremios, la condición de cada grupo

José Manuel dijo quién fue la primera clienta en comprar, aunque no dio el nombre y quién la última. Esta vez sí dio el nombre. “Anoche tuve el honor de venderle a Ana Mari Lara unas medias que eran las únicas que quedaban”. Porque como decíamos hace dos días, lo ha vendido todo.

Por cierto, también contó cuál fue el peor día de ventas, uno de los primeros días de agosto de 1936 -tiene el libro de ventas desde el 16 de noviembre de 1902 hasta la actualidad- que entró un solo clientes, un legionario que pasaba por la calle que compró una pasta y un cepillo de dientes, un total de dos pesetas con 15 céntimos fue la recaudación del día.

En donde el miércoles había carteles de mujeres luciendo lencería ayer estaba un cuadro de la madre de José Manuel Bermúdez Ramírez y su abuelo con su primera esposa. Eso sí, un poco más a la derecha seguía habiendo carteles con los porcentajes de rebajas propios de una liquidación.

El presidente de Acosafe, la asociación de la que José Manuel Bermúdez Ramírez es uno de los fundadores, alabó la disertación histórica que el protagonista de la noche. Manuel  Luna dijo que se puede sentir orgulloso de estar rodeado de tanta gente que lo quiere y agradeció el apoyo al comercio -ya hemos dicho que fue uno de los fundadores de la Asociación de Comerciantes de San Fernando- y participar en todo lo que ha sido el progreso de San Fernando.

Profesor mercantil, infante de marina, gerente de un negocio que tiene la Medalla de Oro de la Cámara de Comercio y que ha pasado por tres generaciones, “todo un ejemplo a seguir” que Acosafe le agradeció con una placa entregada por Juan González y con el deseo de que su trabajo y buen hacer sirva de ejemplo a las nuevas generaciones.

La alcaldesa, primera mujer en presidir la Corporación de San Fernando, recordó que cierra en un año histórico porque se cumplen 250 años del primer ayuntamiento de La Isla, y aunque sea un cierre agridulce es de esperar que en poco tiempo lo que fue Lencería Ramírez sea un nuevo y próspero de negocio porque el comercio es el que deja ver la riqueza de la ciudad.

Luego de los discursos tomaron una copa y se brindó con champán. O sea, lo que se pierden siempre los periodistas que tienen que correr a preparar la noticia para que ustedes la puedan estar leyendo ahora.

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