Hacen falta muchos días del Medio Ambiente. Esta podría ser la conclusión de la jornada ‘Flete al Guadalete 1.0’, ya que sería preciso repetir muchas veces la campaña del 5 de junio para ver recuperado totalmente el emblemático río gaditano. No obstante, el inconmensurable trabajo de los colectivos AMA Natura, Ecologistas en Acción, club de buceo Poseidón, asociación Caminata, club de montañismo Karakol, Cruz Roja y decenas de voluntarios sirvió para descargar al Guadalete a su paso por Arcos de miles de kilos de porquería, que en algunos casos llevaba años atrapada en la vegetación de los márgenes del río e incluso en el cauce.
Desde primeras horas del domingo, estas asociaciones se reunieron para llevar a cabo el trabajo, no sin organizarse perfectamente por grupos: los que extraerían basura de la ladera de la peña con ayuda de equipos de escalada, los que se adentraron en las aguas del río con piraguas y barcas, los que recorrieron los márgenes… La tarea concluyó en torno a la una de la tarde, momento en que la organización de la jornada abrió al público una pequeña exposición con parte de las basuras recogidas horas antes, con el propósito de que todo el que pasara por el céntrico Paseo de Andalucía se hiciera una idea del trabajo realizado y, lo que es más importante, de la necesidad que tiene el río de ese flete que proclama el lema del día.
Desde AMA Natura, su presidenta, Ángeles Palacios, se mostraba sorprendida por la cantidad y variedad de basura, al tiempo de llamar la atención sobre un lugar en particular, a los pies de la peña arcense, que viene a demostrar que aún hay prácticas vecinales fuera de todo comportamiento racional: arrojar basura desde sus viviendas peña abajo, amén de que la antigua carretera que separa la peña del río siga siendo una zona de habitual depósito incontrolado de residuos.
Botellas, electrodomésticos, envases de productos químicos de limpieza, ruedas de vehículos, montones de plástico… e incluso inodoros. En fin, una imagen dantesca que es perfectamente visible por las personas que habitualmente pasean por los senderos peatonales del río, para cuya adecuación la Junta de Andalucía invirtió hace unos años más de seis millones de euros. Sin embargo, a día de hoy las tareas de mantenimiento de los caminos, azudes y el frustrado centro de interpretación del río brillan por su ausencia, amén de que todavía, incomprensiblemente, el río sea escenario de vertidos de aguas residuales sin el control necesario de la Administración, como atestigua una gran tubería que desemboca en las aguas.
La actividad registró la participación de unas cien personas, incluso de familias completas que se implicaron con el objetivo del día.
Desde IU que apoyó la jornada, su coordinador en la ciudad, Julián Perdigones, agradeció la participación y en la posterior concentración en el Paseo de Andalucía, donde un grupo de jóvenes decoró con pintura los contenedores de vidrio a instancias de la Delegación municipal de Juventud.
La asociación Caminata y Ecologistas en Acción también se mostraron sorprendidos de la cantidad de basura retirada, como explicaron desde estos colectivos Salud Robina y José Luis Heras, que exigieron más respeto al río como “fuente de vida y fuente de comunicación, para que no sea una cloaca y sí un lugar de espíritu emprendedor para que las empresas de ocio y medio ambiente se puedan establecer alrededor del él”.
El Ayuntamiento de Arcos quiso actuar como colaborador de los citados colectivos, poniendo a servicio de los mismos las infraestructuras necesarias, principalmente bateas y el transporte. El delegado de Medio Ambiente hizo una valoración positiva de la jornada, pero pidió que el gesto para con el Guadalete no se quedara ahí, consciente de que habrá que profundizar en la limpieza del río.
Entre las múltiples asignaturas pendientes, el centro de interpretación del río sobre el antiguo molino de La Molina sigue siendo un edificio fantasma después de la millonaria inversión realizada por la Junta. Las instalaciones están totalmente destrozadas por los actos vandálicos, habiendo perdido en este sentido su función de ser espacio didáctico y de encuentro educativo en torno al río: una lástima. De hecho, ni siquiera el delegado de Medio Ambiente se atreve a pronosticar la recuperación del edificio, sólo a poner medidas de seguridad cuya eficacia es más que cuestionable a tenor del abandono que sufre el que hubiera sido un magnífico centro de interpretación. Sin embargo, los pequeños gestos, sumados, hacen grandes a veces los proyectos. Qué le vamos a hacer.
