Los padres del José Calderón de la barriada malagueña de Campanillas no están dispuestos a tolerar que las cubiertas de uralita del colegio sigan sin retirarse mientras sus hijos conviven muchas horas al día con este peligroso material. Aseguran sentirse “engañados” e “ignorados” por la delegación de Educación de la Junta de Andalucía y en esta semana darán un nuevo paso en su guerra contra el amianto.
Alrededor de 1.500 firmas han recogido estos progenitores para exigir el desmantelamiento definitivo de las placas de uralita que perviven en el centro educativo desde su inauguración, en el año 1973, y que en la actualidad alberga a un total de 457 escolares de 3 a 14 años. Éstas serán entregadas esta semana en los respectivos registros de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y la Oficina del Defensor del Pueblo.
Con estas rúbricas reclaman una reunión con la consejera de Educación, Adelaida de la Calle, y además se hacen muchas preguntas para las que esperan respuestas. “Por qué hay dinero para inaugurar nuevos colegios y nos dicen que no hay presupuesto para velar por la salud y la seguridad de los niños del Colegio José Calderón, por qué no se toman en serio la ley, la cual están incumpliendo, por qué no quitan este peligro que acecha a nuestros hijos si ya ha finalizado su vida útil” son las cuestiones que plantean estos padres que aseguran estar “muy preocupados” con esta situación.
A este conjunto de firmas se unirán unas 150 peticiones individuales, en las que los progenitores piden una fecha para la retirada de las cuatro cubiertas de fibrocemento del colegio y conocer el contenido de un informe técnico realizado en el año 2015 por un técnico de la Agencia Andaluza para la Educación y de las últimas muestras y fotografías que se tomaron el pasado mes de febrero de 2016. “Ese informe está secuestrado; estamos hartos de pedirlo y nunca nos facilitan este documento”, comenta María de los Ángeles Guzmán, secretaria del Ampa Piedra de la Torre, quien recalca que esta semana expira el plazo para responder a sus anteriores solicitudes. “Todavía no hemos recibido respuesta alguna y no sé a qué esperan para darnos una solución a un problema tan grave para la salud de nuestros hijos”, agrega.
No van a tirar la toalla
Lejos de tirar la toalla, estos padres amenazan con nuevas movilizaciones si siguen “ignorándonos”. “Vamos a preparar un calendario de movilizaciones en la capital, porque la situación va a peor, la uralita está en muy malas condiciones y vamos a seguir batallando”.
Y es que los argumentos esgrimidos por los representantes de la Junta de Andalucía “no nos convence en absoluto”. “Nos dijeron en una reunión que el ambiente del colegio estaba “libre de amianto”, recuerda Guzmán.
Fue hace apenas un mes de este último encuentro y de su primera protesta en la entrada del centro educativo, donde unas 200 personas se manifestaron con un lema muy claro y directo: “No al amianto, sí a la salud”.
Estos padres, lejos de desistir, vuelven a pedir su retirada, porque dicen que la Junta “reconoce que están en mal estado, porque su vida útil ha concluido, pero que no hay presupuesto para desmontarlos”.