Un jarro de agua fría fue la sensación que ayer se llevaron los padres del Colegio José Calderón de Campanillas, que mantuvieron una reunión con un representante del Servicio de Planificación y Escolarización de la Junta de Andalucía. Les comunicó el resultado de los análisis de muestras tomadas en el aire del gimnasio, uno de los edificios más perjudicados por la uralita, y en el patio escolar. El resultado de estos estudios determina que el ambiente está “libre de amianto”.
Según expone la Administración andaluza en un documento, “tras el recuento de fibras y considerando el volumen de aire muestreado, se puede determinar que la muestra se encuentra por debajo del índice de descontaminación de 0,01 fibras por centímetro cúbico”.
Este documento sentencia que en la situación actual, “en tanto no se realicen actuaciones mecánicas sobre el fibrocemento, no existe riesgo de contaminación en el entorno de las cubiertas y el uso del centro es seguro”.
Pero estos argumentos no convencen a los padres. La secretaria del Ampa Piedra de la Torre, María de los Ángeles Guzmán, afirma que a pesar de la “cierta tranquilidad” que ofrece este diagnóstico, “los padres no nos creemos nada”. De hecho, instaron a este cargo de la Junta a que firmara un escrito para comprometerse a que en un futuro estos niños no iban a contraer la enfermedad. “Si no hay riesgo para la salud, pensamos que no hay problema en firmarlo, pero no lo ha hecho”, subraya Guzmán.
Esta madre cuenta que la Junta ha “admitido” que los tejados se encuentran en mal estado, porque ha acabado ya su vida útil, pero “no porque sean peligrosos para la salud”. “Nos han dicho que hay que retirarlos porque están estropeados, pero que no disponen de presupuesto para ello. Van a intentar retirar este año la uralita del aula matinal, que es más pequeña. Para el resto, hay que esperar la convocatoria de los programas de mejora en los colegios en noviembre de 2016 y ya dependerá del número de peticiones que se presenten y de la partida presupuestaria”, explica Guzmán.
Según el estudio realizado por la empresa Cemosa, “no se presentan roturas ni elementos sueltos que supongan un riesgo de desprendimiento del material cuya rotura puede liberar fibras al ambiente”.
Pero los padres del José Calderón no van a cejar en su empeño. Han vuelto a pedir una nueva reunión, en este caso con un técnico para conocer con exactitud cómo se han ejecutado estas mediciones y pruebas.
De la misma forma, siguen adelante con las movilizaciones y la recogida de firmas para exigir la retirada de este peligroso mineral. Así las cosas, la protesta tendrá lugar el próximo martes, 15 de marzo a las 14.05 horas, en las puertas del centro educativo.
