Los vecinos de la mujer de nacionalidad norteamericana que fue detenida ayer en Utrera (Sevilla) acusada de haber apuñalado a su bebé de diez meses siguen atónitos ante el suceso, al que no encuentran explicación.
La mujer, que ayer después de la agresión salió desnuda a la calle gritando y blandiendo un cuchillo en actitud amenazante, vive en una pequeña urbanización de viviendas unifamiliares pareadas a las afueras de la localidad, frente a los huertos sociales del municipio.
Algunos vecinos de la urbanización, muy nerviosos, han amenazado esta mañana a los equipos de televisión con denunciarlos a la policía si toman imágenes de sus viviendas o sus coches, aparcados en la calle, y ninguno consintió en hacer declaraciones a los informaciones sobre lo que presenciaron ayer a mediodía.
Los jubilados que cultivan los huertos sociales frente a la vivienda, algunos de los cuales estaban ayer en el momento en que produjo el suceso, cuentan que una mujer desnuda pasó gritando mientras corría hasta perderse por el final de la calle.
Un joven que pasaba conduciendo una furgoneta se encontró a la mujer desnuda caminando por la acera, momento en el que decidió grabarla en vídeo con el teléfono móvil a la vez que le llamaba la atención por ir desnuda por la calle, y esas imágenes que tomó han sido emitidas por televisión.
Ante la llamada del joven, que en ningún momento detuvo su furgoneta, la mujer, con el cuchillo en la mano, se fue hacia él, por lo que decidió acelerar y concluir la grabación.
Los vecinos han asegurado que el padre del bebé trabaja en la base militar de Morón de la Frontera (Sevilla), algunos de cuyos trabajadores y militares tienen fijado su domicilio en Utrera, por sus proximidad a esas instalaciones.
La mujer, tras ser detenida y tranquilizada ayer por agentes de la Guardia Civil, que posteriormente, en su vivienda, se encontraron con el bebé malherido, fue ingresada en la unidad de Psiquiatría del Hospital Virgen del Rocío, mientras que la pequeña permanece ingresada en la mismo complejo hospitalario de Sevilla.
La administración sanitaria ha rehusado ofrecer información sobre el estado de la pequeña ni de su madre.