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Un pregón que no fue solo un pregón

Paz Santana contó la realidad reportajeada de boca de los protagonistas para enmarcar una fiesta en su justo contexto. (incluye video del acto al completo).

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Se equivocan de pleno quienes hablan del pregón de la Navidad de este año. Este año no ha habido pregón porque no había pregonera. Que como decía la alcaldesa al final “alguno o alguna” echara su lagrimilla por lo que pasaba el escenario, señal de que el espíritu navideño ya hace mella en la sensibilidad de los más predispuestos... Puede ser. Pero si no hay pregonera no puede haber pregón. Si no hay pregonero no puede haber pregón.

Sobre el escenario del Real Teatro de las Cortes, un día antes de lo previsto porque a alguien le dio por convocar elecciones el último día que se podían convocar, había una periodista. Y además, una periodista de raza, comprometida. Y lo que hubo allí fue un reportaje radiofónico con todas las de la ley.

Radiofónico porque ella le dio esa forma, la que mejor iba con la palabra, la música, el ambiente, que la radio es además la que más se acerca a lo que era la Navidad. Quizá no la de Paz García Santana que es muy joven, pero sí la de la inmensa mayoría de las personas que estaban allí llenando el teatro. Que no es muy grande, pero no todo el mundo lo consigue.

Si lo que contó Paz Santana, la presentadora de Andalucía Directo de Canal Sur, se hubiera pasado al papel, el reportaje seguiría siendo el mismo, sin voz que suene; con voz que llega en silencio.

La cruda realidad
Milimétricamente era la forma del reportaje, de testimonios, desde la actualidad del mundo hasta la actualidad de La Isla, desde la realidad de millones de personas hasta la realidad de una persona, dos, tres... cada una en singular.

En el primer capítulo decía Paz que ella vivió la Navidad y en el segundo narró cómo se vive la Navidad. No era un pregón antes; no era un reportaje ahora.

La periodista, por ella o a través de los actores, de las actrices, de los compañeros que participaron en el acto -ejemplo de lo que se puede hacer participando, que también decía la alcaldesa al final-, de la música, de las luces... Estaba lanzando torpedos a la línea de flotación de la sociedad, sin acritud, con la asepsia debida en su profesión, sin opinar, sin bajar al ruedo, desde su lugar.

Desahucios, ocupaciones, desalojos, personas que buscan un techo, un plato de comida, una razón para seguir viviendo, que están aquí, a dos metros de cualquiera...

Refugiados de las guerras, los que huyen del terror y a los que terminan viéndolos como a terroristas. Verbigracia. Poco graciosa, sí.

Y la esperanza
Pero también avances, logros de la humanidad, palabras de los gobernantes de lo material y lo espiritual, el testimonio del que encontró un camino cuando fue a buscar ese camino allí donde la guerra es el día a día de los que viven allí, pero donde resulta que comenzó todo. Todo lo que iba en el pregón, en el reportaje, en el ataque a la línea de flotación.

Pero a pesar de todo, se puede celebrar la Navidad. Se ha celebrado siempre y se seguirá celebrando. Porque es un tiempo de acercamiento entre las personas, de buenos deseos, de añoranzas de los que no están y sueñan con volver, hasta de los que posiblemente no vuelvan porque después de tantos años fuera de su país han perdido hasta el acento. Pero no las ganas de volver.

En el puente Zuazo
Paz García Santana, Paz Santana, se trajo la Navidad a San Fernando, a La Isla, porque al final quiso hacer un pregón. José y María se pararon en el puente Zuazo, al amparo del puente, al amparo de las buenas gentes de La Isla, en la tierra donde sopla el levante y huele a bienmesabe.

Y entonces demostró que a pesar de todo lo que había contado -habían contado, porque en el periodismo cuenta la gente, no los periodistas, meros instrumentos de la realidad (los buenos)- siempre hay un resquicio para la esperanza, lo que no se pierde. Lo que no se debe perder.

A Paz Santana la presentó Modesto Barragán, el periodista de Canal Sur que dirige el programa en el que Paz trabaja de lunes a viernes. Y dijo eso -con orgullo- de que fue él quien la descubrió, el que vio en ella eso que demuestra en los informativos, antes; en Andalucía Directo, ahora; en el carnaval, siempre.

Y José Carlos Fernández Moreno, presidente de la Real Academia de San Romualdo -porque el Pregón de Navidad y el concierto posterior lo organiza la Real Academia desde hace dos decenios- se congratuló de la elección de Santana como pregonera y más aún del resultado de la apuesta. Aunque ya lo había imaginado en los ensayos previos.

La alcaldesa también habló en los postres, cuando a la pregonera-periodista-torpedera le agradecieron su labor y le entregaron un ramo de flores. Y señaló, al fin y a la postre, lo que ya se ha dicho. Que aquello fue una llamada a las conciencias. Para solucionar problemas y para vivir con esperanza. Las dos cosas.

Corales
Luego llegó la música porque la Coral Logar de la Puente y la Coral de San Fernando también tenían mucho que decir. La primera interpretó piezas populares como Los Reyes Magos, El tamborilero, Suite Comercial Navideña, Dime niño y Logar canta a la Navidad, un popurrit de villancicos que han servido para todo.

Francisco González García, director de la Coral de la Puente, cedió el testigo a José Manuel Barrera Lucas para que la Coral de San Fernando interpretara Alegría en el mundo, Mazapán con miel, Noche de Paz, Ya viene la vieja y Más allá.

Era el punto y final a una noche en la que todos salieron contentos por tener motivos para estarlo y otros muchos, o los mismos, con la conciencia espoleada por ese huracán de la información que reunió con la palabra a los que lo pasan mal, a los que lo pasan bien, a los añorantes, a los ausentes, a los soñadores y a los defraudados por una realidad que los supera.

El reportaje de la vida misma, a fecha de hoy.

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