Luchador incansable en pro de la dignificación del teatro de la marioneta, el autor malagueño Ángel Calvente ha vuelto a un terreno fetiche dentro de su prolífica trayectoria profesional, el mundo de los niños, que tantas buenas noticias y alegrías le ha reportado.
Los prestigiosos Premios Max de Teatro, no en vano, han reconocido sus dos producciones dedicadas al género infantil: El fantástico viaje de Jonás, el espermatozoide, y La vida de un piojo llamado Matías. En la primera, los más pequeños de la casa aprendieron el milagro de la vida a través de un texto inteligente y una cuidada escenografía, y en la segunda, un tributo a los clásicos de la picaresca con las aventuras de Matías, nacido en la nuca de un maquinista.
Y para estas Navidades, el Teatro Cánovas acogerá el próximo 19 de diciembre, a partir las 18.30 horas, el estreno absoluto del espectáculo familiar Óscar, el niño dormido, una historia de “superación”, “amor” y repleta de “optimismo”, a pesar del duro coma en la que se ve inmerso un niño de diez años, tras ser atropellado por un vehículo.
En este caso, el dramaturgo malagueño vuelve a crear un espectáculo fuera de lo común y poco convencional para el público al que va dirigido -niños a partir de los siete años-. “A los pequeños hay que hablarles de todo, desde un punto de vista infantil y con delicadeza, por supuesto, pero sin ñoñerías”.
En esta obra infantil, que estará en cartel hasta el 10 de enero de 2016, el alma de El Espejo Negro recurre a la ficción para relatar desde un punto de vista positivo la dura realidad que representa el “sueño comatoso” de Óscar. “Enseñamos a los niños qué es un coma, qué lo causa y que se puede salir adelante a pesar de las secuelas producidas por las lesiones cerebrales”, argumenta Calvente.
Para el marionetista, coma es el “estado en el que uno se queda profundamente dormido y no tiene cosquillas, ni hambre ni frío, y ni ganas de rascarse el ombligo”.
Para ello, el potente trabajo actoral de los tres actores-manipuladores, la Pili, Noé Lifona y José Vera, -llevan tres meses de ensayos en la nave de El Espejo Negro- pondrá sobre la escena del Teatro Cánovas desde las motivaciones, los sueños y las inquietudes de Óscar hasta las batallas en su cráneo entre el cardenal y el hematoma contra las neuronas de Óscar o la lucha con un antibiótico mexicano. En definitiva, poner a los niños al tanto del mundo de los sueños y los despertares a través de quince marionetas de goma espuma, de las cuales seis representan a Óscar.
Energía
“El gran hándicap de este espectáculo es transmitir las sensaciones del niño sin moverlo, darle cariño, lavarlo, darle de comer...Es muy complicado trabajar con una marioneta quieta, transmitir energía a través de las manos”, reflexiona Calvente.
Y es que esta terrible situación le ha tocado de cerca. Tanto, que este montaje rinde homenaje a un amigo que ha vivido una experiencia parecida, así como a otro joven malagueño llamado Óscar, que es un ejemplo de superación. “Esta historia está dedicada a mi amigo Juanjo y a toda su familia; a todos los que han despertado y a los que están por despertar”, recalca.
Óscar tenía que volver a la vida. Y despertó tras nueve meses de inconsciencia. Y tuvo que someterse a una compleja rehabilitación. “Quise que fuese un embarazo, porque es un canto a la vida”, agrega.