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Un niño entrenado por los talibanes para inmolarse se entrega a la Policía

El chico, de 12 años, había sido vendido por sus padres a los talibanes por 700.000 afganis (unos 10.500 dólares) para luego recibir entrenamiento para cometer un ataque suicida

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Un niño de 12 años que había sido formado por supuestos talibanes para inmolarse con explosivos se entregó a la Policía después de escaparse de un centro de entrenamiento en el noroeste de Afganistán, informó hoy a Efe una fuente policial.

El menor, Zakaria, había sido vendido por sus padres a los talibanes por 700.000 afganis (unos 10.500 dólares) en la provincia de Faryab para luego recibir entrenamiento para cometer un ataque suicida, explicó el jefe de la Policía regional, Agha Andarabi.

Zakaria confesó a la Policía que compartía lecciones de manipulación de explosivos con otros seis niños y que se escapó cuando ya le habían indicado que debía inmolarse en las oficinas gubernamentales del distrito de Qaisar, en Faryab.

Según la fuente, el menor aseguró que el centro de formación, en el distrito de Ghormach, se hallaba bajo el mando del mulá Qaisar, quien les había dicho que si atacaban con explosivos al jefe de Policía y otros altos funcionarios de Qaisar irían "al Paraíso".

"Usar a niños como atacantes suicidas muestra la debilidad de los talibanes", sentenció Andarabi, que culpó al miedo, la pobreza y, en algunos casos, la simpatía hacia los insurgentes, como las causas de que los padres entreguen sus hijos para morir a cambio de dinero.

En los últimos años se han repetido los casos de menores alistados por los talibanes para inmolarse, un extremo que los insurgentes siempre han negado.

El año pasado, una niña de diez años fue detenida por la Policía después de confesar que su hermano, un comandante talibán, le ordenó cometer un ataque suicida contra un puesto de control en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán.

En marzo de 2013, también en Helmand, dos niños murieron y otros seis resultaron heridos por la detonación de un chaleco cargado de explosivos durante unas lecciones en una madraza (escuela coránica) sobre su manejo y fabricación.

En 2011 se produjeron además varios casos en los que menores de edad perpetraron atentados suicidas tanto en Afganistán como en las zonas de Pakistán próximas a la frontera.

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