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Vera Cruz vuelve a sus raíces para conmemorar sus 475 años

Salió en procesión el sábado tras la solemne misa pontifical pronunciada por el obispo en Santa María

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  • Procesión de Vera Cruz. -

La conmemoración de los 475 años de historia de la hermandad de la Vera Cruz ya ha dejado su particular huella en la sociedad arcense con una serie de actos que se han vivido intensamente en el seno de la vieja cofradía. La salida procesional del pasado sábado cumplió las expectativas de convertirse en el acto central del amplio programa que la corporación cristiana viene desarrollando prácticamente desde que inició el año cofrade.


La sagrada imagen de Cristo partió de su iglesia de San Juan de Dios para recorrer en primer lugar el corto pero empinado trayecto que une el templo hospitalario con la Basílica Menor de Santa María, donde a eso de las cuatro de la tarde ya aguarda el obispo diocesano, José Mazuelos, para pronunciar la emotiva eucaristía unas horas más tarde. La solemnidad de la liturgia se correspondería con la magnitud de la efeméride cofrade.


Tras la misa los hermanos de la corporación del Jueves Santo arcense, acompañados de feligreses y de una nutrida representación de las hermandades de Vera Cruz de toda la provincia, inició su desfile procesional que tomaría por las calles del casco antiguo para alcanzar como “hecho histórico” parte del castizo barrio de Caños Verdes, por donde la procesión de Semana Santa pasaba hace años y donde el moreno Cristo recibió el apelativo de “Los gitanos”.


La sagrada imagen recuperó para la ocasión las andas que recientemente han sido restauradas por el imaginero bornense Ismael Rodríguez-Viciana, un trabajo que ha deparado prácticamente un paso nuevo cuya puesta al día han admirado los hermanos con motivo de la exposición sobre el patrimonio de la hermandad y a través de la conferencia pronunciada hace unos días por el sacerdote Enrique Soler, actualmente en el Obispado tras haber pasado por la arcense de María Auxiliadora como párroco.


Durante la salida de Santa María tuvo lugar un pequeño incidente con motivo de la caída de uno de los ángeles del paso del Cristo, pero afortunadamente todo regresó a la normalidad en cuestión  de segundos.


Entre la programación, ha destacado también estos días el besamanos a Nuestra Señora de los Dolores tras la celebración de una misa en su honor.
Antes, el viernes tuvo lugar el pregón dedicado a la efeméride de la hermandad, que corrió a cargo de Francisca Sánchez Tenorio, una mujer vinculada durante años al Consejo Local de Hermandades y Cofradías, pregonera de la Semana Santa arcense y por supuesto hermana de la de Vera Cruz desde que era una niña. Paqui Sánchez metió de lleno en la conmemoración cofrade a los asistentes al acto celebrado en la iglesia de San Juan de Dios.

Un poco de historia
Según reza en la historia de la hermandad, la talla del Cristo de la Vera Cruz fue encargada por la hermandad el 21 de enero de 1545 al sevillano Antón Vázquez, al cual conocieron estando en Arcos con motivo del montaje del retablo mayor de San Pedro. El contrato se llevó a cabo en presencia del escribano Juan Ruiz en Sevilla. Aunque la talla fue elaborada en el Renacimiento, mantiene reminiscencias góticas, rígidas y ennegrecidas,  lo cual le valió el mencionado apelativo de “Los gitanos” por el color su tez.


La imagen de Nuestra Señora de las Angustias -anteriormente llamada del Mayor Dolor- fue un regalo de un hermano franciscano llamado Juan José Timón de Ferrari. Es de los primeros años del siglo XVIII y fue traída a San Juan de Dios cuando tuvo lugar la exclaustración de los franciscanos. Dicha imagen fue reconocida rápidamente por los cofrades que sabían del testamento del artista, que dejaba constancia de que perderían la imagen si salía de la parroquia de San Francisco. Le construyeron un altar y adquirieron, por tanto, derechos sobre la misma. Su primera salida procesional fue a principios de los años 1950.


La Virgen de los Dolores es una talla de vestir, posiblemente del siglo XVIII, la cual procesionaba hasta los años 50 del siglo pasado en paso de palio.


San Juan Evangelista es de 1758, posee manos, pies y cabeza de plomo, y procesiona en una de las andas talladas por el artista sevillano Manuel Guzmán Bejerano, donada  a la  hermandad por unos hermanos en el año 2002.

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