El beticismo ya tiene a su ídolo en casa. Joaquín Sánchez, en un día que se recordará durante mucho tiempo, consiguió reunir a 20.000 almas béticas en el estadio Benito Villamarín que se rindieron ante su presencia.
Como si una estrella del tamaño de Cristiano Ronaldo o Messi se tratase; la afluencia de público en las gradas del recinto heliopolitano fue tal, que incluso el propio futbolista no pudo contener la emoción durante su discurso.
“Al decir que mi corazón gritaba por volver a casa, algunos no lo entendían, pero creo que después de lo de hoy lo entenderán”, alzaba la voz el portuense frente al griterío de la afición asistente.
Todo ello, tras comparecer ante los medios de comunicación en rueda de prensa junto al presidente Ollero y al director deportivo Macià, donde se mostró exultante pero con los pies en el suelo: "No me asusta nada. Vengo a colaborar en lo que pueda, a aportar mi experiencia y no tengo la menor duda de que vamos a luchar siempre y dar la cara, nuestra afición se va a sentir orgullosa del equipo que tiene el Betis”, aseveraba.
Un sueño, según Joaquín, que desde hacía mucho tiempo llevaba persiguiendo: "He vivido momentos muy bonitos, pero esto es otra historia. En mi momento deportivo es como vivir un sueño y hacerlo realidad. Ponerme otra vez la camiseta de las trece barras no puedo explicarlo con palabras”, explicaba.
Por último, preguntado por Mel y Rubén Castro, afirmó lo siguiente: "Pepe me ha dado la enhorabuena y me ha dicho que me van a tratar como uno más. Rubén es otro icono del Betis”, concluyó.
