La onubense Carolina Marín, campeona mundial de bádminton por segundo año consecutivo, protagonizó en el podio un nuevo episodio de himno español equivocado que se interpreta en la ceremonia de premiación en honor de los campeones.
Con la bandera española atada a la cintura, Carolina Marín recibió la medalla de oro y luego sonó el himno oficial español, la Marcha Real, pero sorprendentemente cantado con la letra del escritor gaditano José María Pemán de 1928. La onubense no pudo reprimir una sonrisa.
No era la primera vez que sucedía algo parecido, ni en el único deporte. El episodio recordó la final de la Copa Davis de 2003 entre Australia y España disputada en la Rod Laver Arena de Melbourne, cuando, ante la sorpresa de los jugadores españoles, un trompetista interpretó el Himno de Riego, ante el estupor e indignación del entonces secretario de Estado para el Deporte, Juan Antonio Gómez Angulo desde el palco de autoridades.
Posteriormente, en el Tour de 2009 sonó, en honor de Alberto Contador, el himno de Dinamarca cuando el ciclista madrileño disfrutaba de su victoria en la carrera francesa en el podio de los Campos Elíseos.
Cuatro años el propio Contador vivió un error semejante en el Giro de Italia, cuando se interpretó el himno español con la letra de Pemán, el mismo que sonó hoy en honor de Carolina.
El 29 de julio de 2001, la selección española de waterpolo ganó a Yugoslavia la final del Mundial de Japón pero en la ceremonia de entrega de medallas ni siquiera se pudo oír el himno debido a un fallo técnico. Los propios jugadores españoles se limitaron a tararearlo.