"Dostoyevski ha sabido transmitir como pocos nuestro mundo interior, nuestras reflexiones, sentimientos y pasiones", afirma en una entrevista con EFE Ricardo San Vicente, gran especialista en literatura rusa y director de estas obras, cuyo primer volumen llega a las librerías a mediados de mayo.
Con un prólogo del propio San Vicente y un amplio ensayo introductorio de Augusto Vidal, este tomo contiene los relatos y novelas que el autor de Crimen y castigo publicó entre 1846 y 1849, año en que fue detenido y condenado a muerte. La pena le fue conmutada en el último momento por trabajos forzados en Siberia.
La presente edición de las Obras Completas, de ocho volúmenes, actualiza la que hizo en los años sesenta la editorial Vergara, bajo la dirección de Vidal, fallecido en 1976. Se ha revisado también el original de la edición académica rusa y se han añadido las reflexiones de algunos estudiosos y escritores.
"Me llaman psicólogo: no es verdad, soy tan sólo realista en el más alto sentido de la palabra, pues reflejo todas las profundidades del alma humana", afirmaba Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (1821-1881), quien supo desde muy pronto que tenía algo que decirle al mundo y que merecía la pena entregar su vida a desvelar "el misterio del hombre".
En Rusia, escritores como Dostoyevski y Tolstói "no podían reflexionar con libertad, dado el régimen bajo el cual vivían", y la literatura era la vía de escape que tenían para expresar sus ideas, señala San Vicente.
En ese contexto se entiende que "los argumentos ideológicos, religiosos y morales" constituyan "el meollo" de las novelas de Dostoyevski, cuyo valor literario "es innegable". Pero se sostienen "en el credo que el autor se propone transmitir".
"La obra de Dostoyevski gira alrededor de la idea del pecado; él entiende que el hombre se desvía demasiado del camino que fácilmente lo llevaría a la salvación, y quiso contribuir con su obra a enseñarle ese camino", indica San Vicente, profesor de Literatura Rusa en la Universidad de Barcelona.
Pero, aparte de esa "visión mesiánica", que levantó sospechas en la iglesia de su tiempo, el mayor mérito literario del autor de Los hermanos Karamázov quizá sea esa "polifonía narrativa" de la que hablaba el teórico de la literatura Mijaíl Bajtín, y recuerda San Vicente en su prólogo, titulado Las claves del desorden.
La pluralidad de voces y puntos de vista, "muchas veces contrapuestos, parecen remedar la diversidad del mundo y las maneras de percibirlo", indica el director, quien también subraya otro logro de Dostoyevski: su capacidad para "compartir las emociones y los sentimientos de sus personajes" y "jugar" con los del lector.
Como le sucede a los grandes escritores de cualquier época, el autor de El jugador tenía sus defensores y sus detractores, y entre estos últimos estaban Tolstói y Nabókov. "¡Qué mal escribe, pero cómo vuela!", decía el primero, mientras que el segundo se burlaba con frecuencia de Dostoyevski.
San Vicente reconoce que los personajes del autor de Los demonios o El idiota son "confusos" y sus reflexiones son "abrumadoras y desmesuradas en su apasionamiento", pero "las aparentes imperfecciones de su texto" remiten a lo que "realmente interesaba al autor: transmitir la corriente sutil y brutal, caótica y apasionada de la vida".
Este escritor que "veía lo que resultaba invisible a los demás", como destaca Augusto Vidal en su introducción, fue condenado a muerte por "asistir a una reunión en la que se llama al asesinato del zar, al regicidio", comenta San Vicente.
Cuando los 21 condenados estaban a punto de ser ejecutados en una plaza de Petersburgo y había resonado ya la voz de "apunten" para los tres primeros, llegó un correo del zar indultándolos. "Los zares disfrutaban con ese tipo de juegos", añade el experto, traductor de Chéjov, Pushkin y Brodsky, entre otros.
Dostoyevski pasó diez años en Siberia. Allí cambió "radicalmente su visión del hombre y del mundo" y alumbró los argumentos de sus grandes obras. Son muchas, pero San Vicente se queda con Crimen y castigo, la novela "más importante del siglo XIX ruso, junto con Guerra y paz' de Tolstói".
La aparición de estas Obras Completas puede considerarse un acontecimiento editorial, dado que un buen número de los títulos que se publicarán estaban descatalogados. Será, pues, "una oportunidad excelente para que muchos lectores descubran a Dostoyevski", asegura el director.