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Punta Umbría

?Dinero fácil? rompe con la idílica imagen de Suecia

Sin pretenderlo, Jens Lapidus, joven y brillante abogado penalista escandinavo, ha roto con la idílica imagen que, desde fuera, se tiene de su país, Suecia, al retratar en Dinero fácil una sociedad que en absoluto es ajena al crimen organizado.

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Sin pretenderlo, Jens Lapidus, joven y brillante abogado penalista escandinavo, ha roto con la idílica imagen que, desde fuera, se tiene de su país, Suecia, al retratar en Dinero fácil una sociedad que en absoluto es ajena al crimen organizado. 

Lapidus se sorprende de la imagen de Suecia que se percibe fuera de sus fronteras y, en una entrevista con Efe, asegura que su país desde hace unos veinte años “ya no es una especie de paraíso tranquilo con una sociedad no violenta”. 

Aunque admite que Dinero fácil, la primera de una trilogía, es una novela ficción en la que manipula la historia y los personajes para hacerlos más interesantes y con mayor fuerza dramática, asegura que todo lo que contiene el libro “ha ocurrido o podría haber ocurrido en la realidad; no hay nada que sea una exageración”. 

El libro, del que se han vendido más de medio millón de ejemplares en su país, supone un relato brutal y sombrío de los bajos fondos de Estocolmo, donde grupos de moteros como Los Ángeles del Infierno o Los Bandidos y diferentes bandas mafiosas de origen extranjero compiten por el control de las drogas, las armas y el dinero. 

Lapidus asegura que fue el primer sorprendido con el éxito obtenido por su primera novela, que –dice– “nunca pensé escribir”, y cuya trama surgió de su amplia experiencia como abogado penalista en un prestigioso despacho de Estocolmo, “donde he conocido historias que, por increíbles, no se podrían escribir”. 

En su opinión, los seres humanos “quieren saber más sobre distintos mundos en los que, aunque saben que existen, no han podido penetrar”, y se mostró convencido de que el libro “abre la puerta” al lector sobre el crimen organizado, “un mundo que existe en toda Europa”. 

Dinero fácil, según su autor, se aleja, conscientemente, de la tradicional novela negra escandinava para inspirarse más directamente en la tradición de la novela negra americana y en James Ellroy, uno de sus autores favoritos por su forma de escribir, su peculiar estilo y la utilización de un lenguaje muy violento. 

Aunque reconoce que, por su trabajo, le resulta más fácil ponerse en la mente de un criminal, asegura que en su obra ha tratado de reflejar la realidad al no crear unos personajes “ciento por ciento malos o buenos”. 

En el despacho de abogados para el que trabaja, Lapidus asegura que trata de que su propia opinión sobre el delito que ha podido cometer un criminal “no interfiera entre él y yo; tengo que comprenderle como ser humano y sacar siempre lo mejor de esa condición para defenderle en los tribunales”.

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