El arresto del presunto etarra se efectuó tras previas conversaciones de las policías española y venezolana para que se procediera a su detención con el fin de extraditarle a España.
Según las mismas fuentes, existe una orden de detención contra Landazabal del juzgado central de instrucción número cuatro de la Audiencia Nacional.
El presunto etarra era buscado por su participación en un atentado frustrado contra un trabajador del diario La Gaceta del Norte en 1981.
El detenido ha sido puesto a disposición de la Fiscalía venezolana para que se inicien los trámites para su extradición a España.
Por otro lado, fuerzas de la gendarmería francesa buscaban ayer a última hora de la tarde en una zona boscosa del departamento de Nièvre a dos presuntos miembros de ETA que huyeron después de un enfrentamiento con agentes, según dijeron a Efe fuentes oficiales galas.
Los dos presuntos etarras viajaban en un coche, al parecer un Citroën, en el que escaparon después de haber repostado en una gasolinera de la que se marcharon sin pagar.
Fuentes del ministerio de Interior precisaron que la operación de búsqueda continúa y dijeron a Efe que aún no está claro que se haya producido un intercambio de disparos entre los presuntos terroristas y los gendarmes.
El operativo está en marcha desde que ocurrió el suceso en este departamento del centro del país, situado en la región de Borgoña.
Asimismo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó ayer que a pesar de los insultos y las descalificaciones al PSE durante la pasada legislatura por su intento de acabar con la violencia en Euskadi, hoy ETA está más débil y por primera vez habrá un lehendakari no nacionalista.
Durante la clausura del Congreso extraordinario del PSdeG, Zapatero recordó cómo los socialistas tuvieron “que tener mucha paciencia en la legislatura anterior”, al oír en el Parlamento y en la calle descalificaciones por su intento de acabar con ETA, una situación “difícil, pero era una tarea que merecía la pena”.
Ayer, dijo, el terrorismo está más débil que nunca y el Estado de derecho más cerca de acabar con la violencia, y Patxi López será investido lehendakari dentro de unos días, haciendo que por primera vez en 30 años el Gobierno vasco esté en manos no nacionalistas.
“Fue duro, costó esfuerzo y sacrificio, y aguantamos, tuvimos paciencia, porque sabíamos que nuestro rumbo era el acertado y la tarea noble”, insistió, antes de añadir que pese a todo ello “aquí están los resultados”.
