El alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, ha dado hoy su enhorabuena a Bodegas Collantes por el reconocimiento internacional a dos de sus vinos, que en la última publicación de Robert Parker, The Wine Advocate, han recibido 90 puntos. En concreto, se trata del vino fino Arroyuelo en rama, así como el amontillado fino Fossi.
Marín ha mostrado su satisfacción por “la consideración que tienen de nuestros vinos en el panorama internacional, pues este reconocimiento llega de una de las publicaciones más influyentes del sector”.
Según ha declarado el regidor chiclanero, “esto nos tiene que servir a todos para que le demos a los vinos de Chiclana la importancia que tienen, ya sean finos, amontillados, olorosos o moscateles, pues todos tenemos que contribuir para poner en valor lo nuestro, pues en este caso en concreto estamos hablando de un sector que no hace mucho fue el principal motor económico de Chiclana y que parece tener de nuevo un presente y un futuro prometedores”.
Los caldos galardonados son el fino Arroyuelo en rama, que según la página web de la bodega (www.primitivocollantes.es), es un vino color pajizo, con aroma punzante y delicado (almendrado), que cuenta con 15º de graduación, y que tiene un tipo de crianza biológica (velo en flor) de más de cinco años. Un producto ideal para maridar con sopas, mariscos y pescados, ensaladas, quesos suaves y jamón. Su temperatura idónea son los 7ºC.
Por su parte, el amontillado fino Fossi, con 17,5º, tiene un color ámbar atenuado y un aroma avellanado. Criado de manera biológica (velo en flor) durante cinco años, cuenta además con una fase oxidativa de unos diez años. Su temperatura idónea se sitúa en los 14ºC, y marida estupendamente con atún encebollado, aperitivos de encurtidos y escabeches y quesos curados.
Robert McDowell Parker, Jr. es un crítico de vino estadounidense, considerado uno de los más influyentes del mundo, tanto en lo que se refiere al precio que alcanzan los vinos según cómo los valore, como respecto a la influencia que tiene en la producción de vino, hasta el punto de que hay algunos productores que parkerizan su vino, es decir, que lo adaptan al gusto de este crítico con la finalidad de obtener una alta puntuación.