Un día en Holanda para olvidar. El Sevilla vuelve de Rotterdam derrotado, sin el liderato y con más de un centenar de sevillistas detenidos por “pasear” por la ciudad.
Grandes novedades en el once que presentó Emery sobre el estadio De Kuip. La principal en la portería, donde reaparecía el joven Sergio Rico en detrimento de Beto. Además, Arribas, Kolo, Reyes o Aspas disfrutaron de una inusual titularidad.
Muy irregular y algo nervioso arrancó el Sevilla un encuentro cargado de tensión, a sabiendo que un triunfo dejaba todo resuelto. Pero ni españoles ni holandeses querían saber nada del cuero. Sin control deambuló un primer cuarto de hora en el que no se registró ni una sola ocasión de claridad y hasta el 16 no se efectuó el primer lanzamiento a puerta del Feyenoord, en las botas de Clasie.
Con el paso de los minutos el equipo nervionense comenzó a tomar cuerpo en el encuentro y las llegadas al área rival se acumulaban. Fallaba el último pase, pero al menos los de Emery cercarían el marco holandés y de paso se quitaría por un rato la presión de los locales.
La más clara para el Sevilla durante el primer tiempo la tuvo Reyes en el 42 tras un centro desde la izquierdo, pero su chut se topó con un defensor. Lástima porque iba dentro. Aunque sólo dos minutos después fue el Feyenoord el que la tuvo y clárisima. Un resbalón de Carriço lo aprovecharon para internarse por la derecha pero la Diosa Fortuna se vistió de Coke para sacar un pase de la muerte en boca de gol. Así se alcanzó el tiempo de descanso tras un primer tiempo soso y de excesivas imprecisiones.
El segundo capítulo fue otro cantar en la cara más negativa de la moneda sevillista. Los holandeses, tirados por un rápido Boëtius y un talentoso Clasie comenzaron a generar peligro real sobre la meta del hasta ahora inédito Sergio Rico. Así, en el 55, la Diosa Fortuna se equivocó de camiseta y tras hasta tres rechaces en piernas de defensores sevillistas, el propio Boëtius se coló en el área para poner, esta vez sí, de gol a un Toornstra que sólo tuvo que empujarla. Se le torcía al Sevilla el duelo y el liderato.
Intentó reaccionar Emery sacando de una tacada a Deulofeu y Bacca y, casualmente, coincidieron con los mejores minutos de los nervionenses. Hasta tal punto que empató con un cabezazo de M’Bia en el 66 pero el juez de línea señaló un fuera de juego inexistente. Otra desgracia más en una noche aciaga, que se terminó de torcer en el minuto 83 con el segundo tanto de los locales. El Ahmadi aprovechó la desaplicación defensiva de un Sevilla volcado en ataque para batir con una volea espléndida desde la frontal a Sergio Rico.
Ahí falleció un encuentro para olvidar y para hacer reflexionar, primero a Emery, que debe reaccionar de otro modo en esta longevas rachas negativas, y a una plantilla que tiene que emplearse al 120 por ciento para sacar los partidos adelante. La derrota deja tocado al Sevilla, pero al menos, entre tanta mala fortuna, depende de sí mismo.
Emery: “No le achaco actitud a mis jugadores”
“La clasificación depende de nosotros en nuestra casa. Hoy nos hemos encontrado un rival duro. Pero no se puede achacar nada en cuanto a actitud de mis jugadores. Una derrota es difícil… Tenemos que ganar en credibilidad”, argumentó.
La pesadilla de los 110 detenidos
La jornada en Rotterdam para cientos de sevillistas será desgraciadamente inolvidable. Sobre todo para 110 que estuvieron retenidos sin argumentos y les prohibieron el acceso al estadio De Kuip.
El Sevilla se la jugará en casa ante el Rijeka
El otro encuentro del grupo G deparó la victoria de un Rijeka que se la jugará en la última jornada en el Sánchez-Pizjuán. Los croatas vencieron 2-0 a un Standard de Lieja que se queda sin posibilidades.