Rafael Segura, taxista que desempeña una labor humanitaria trasladando a niños enfermos de forma gratuita y complementaria a su trabajo, ha tenido que retirar toda la decoración de temática infantil que adornaba su taxi, un coche muy conocido en Sevilla
Este taxista sevillano llevaba cuatro años trasladando a cada niño enfermo que solicitase sus servicios sin coste alguno y su principal atracción era la decoración mágica y estimulante con muñecos y pegatinas de personajes infantiles y su colección de miniaturas.
Rafael Segura ha explicado a Efe que el pasado jueves, dos agentes de la Policía Local se acercaron a pedirle la documentación y le dijeron de muy mala forma que tenía que quitar toda la decoración que adornaba el taxi.
"Después de cuatro años conociendo mi labor, era muy extraño que la policía se pusiera tan alterada conmigo", ha indicado el taxista, cuyo único objetivo sólo era endulzar un poco la situación que pasan muchos niños enfermos llevándolos a sus "poco agradables" destinos en un "carruaje" de fantasía; ahora todos le preguntan qué ha pasado.
También le hicieron quitar su número de teléfono de la pegatina que llevaba en una puerta de su taxi, dificultando su localización para quien quiera solicitar sus servicios. "Ahora resulta más complicado contactar conmigo, a no ser que sea por el boca a boca" ha recalcado Rafael Segura.
Este suceso también ha hecho mella en su ánimo, pues su única intención era ayudar y siempre había evitado cualquier tipo de privilegio con su taxi.
"Llevo dos días bastante desilusionado quitando la decoración, he estado bastante mal" ha señalado el taxista.
A pesar de todo, tras pasar el mal trago, Rafael Segura acudió al director del Instituto del Taxi que no podía hacer nada para remediar su situación, y ha intentado reunirse con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido pero no ha sido posible, por lo que va a ponerse en contacto próximamente con el Defensor del Pueblo.
Rafael Segura ha concluido que "necesito a alguien que crea en ésta iniciativa que tenga potestad para ayudarme a conseguir un permiso especial para volver a decorar mi taxi y desempeñar mi labor como llevo haciendo cuatro años atrás", y ha aseverado que "el único que podría permitirme este trato sería el alcalde".