El tiempo en: San Fernando

Campo de Gibraltar

Gemma Araujo: “El Gobierno perjudica a los linenses con tal de meterle el dedo en el ojo a Gibraltar”

Con 24 años ya tenía cargos de responsabilidad en el seno del PSOE. Primera mujer alcaldesa. Ha sido muy criticada por mantener buenas relaciones con Gibraltar y con su Ministro Principal. Pero es que ve en el Peñón a un vecino y una oportunidad para los linenses.

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Gemma Araujo, alcaldesa -

Es la primera alcaldesa que ha tenido La Línea y solo por eso, ya ha hecho Historia. Es una mujer joven, de 35 años, abogada, casada y con un niño de cinco. Vinculada al mundo de la política desde temprana edad, es la menor de tres hermanas. Solo ella se dedicó a la política, aunque en casa su madre siempre estuvo ligada a los movimientos vecinales. Es habladora, mucho. Y directa. No se anda por las ramas. Sabe responder a cada pregunta que se le plantea y no tiene reparos en reconocer que la gestión no está siendo nada fácil.  

¿Siempre tuvo claro que quería ser alcaldesa de La Línea?

—Sí. Es la mayor ilusión y responsabilidad que puede asumir cualquiera que se sienta linense. Presentarse a la alcaldía en momentos de vacas gordas es fácil. Nosotros podíamos intuir en lo que nos íbamos a meter, pero desde luego no se asemejó en nada a lo que nos encontramos. Me siento súper honrada de haber tenido la oportunidad de haber sido alcaldesa de mi ciudad porque he tenido la oportunidad de acercarme directamente a los problemas de los ciudadanos. Me gusta pasearme por la calle, que la gente me traslade sus problemas… romper con aquella idea  del alcalde inaccesible. Intento hacer una vida normal, soy una linense más, pero con una responsabilidad mayor.  Han pasado ya más de tres años,

¿Está satisfecha con su gestión?

—Estos tres años han tenido un desgaste personal y político. Porque nos hemos encontrado con una situación extremadamente dura. Hemos tenido momentos muy, muy difíciles. Echo la vista atrás y hemos pasado hasta por estar diez días encerrados en la Diputación, cuando le hice entrega al Rey Juan Carlos de una carta en la que solicitaba que se nos entregara aquel dinero que nos correspondía; desde el impago de las nueve nóminas, asambleas, crispación, desalojo de plenos, scratches a la puerta de mi casa, manifestaciones… Ha sido un mandado muy complicado, pero ahora miro con satisfacción que hemos conseguido la paz social. La crispación se ha eliminado. Nos hemos ganado, a pulso, la autoridad. Afortunadamente, he tenido muy buenos compañeros de viaje en mis socios del Partido Andalucista. A pesar de las dificultades hemos conseguido estabilizar económicamente el Ayuntamiento, lo que no quiere decir arreglar el problema económico. Hemos conseguido que la sensatez, la austeridad se hayan apoderado de cada uno de los departamentos, empezando por el equipo de Gobierno, asumiendo que éste es un Ayuntamiento pobre, que tiene los recursos que tiene, y debe salir adelante con lo que tiene. Aquellas ilusiones de maquetas o de gastos superfluos, no van a volver. A partir de ahí somos un pueblo luchador y estoy convencida de que vamos a salir adelante. 

¿Cree que La Línea está mejor desde que usted gobierna?

—Hay cuestiones que son más visibles que otras. Entre las menos visibles está el conseguir el respeto a la institución. Un respeto por parte de los empresarios que antes huían de este Ayuntamiento por los engaños continuos a los que habían sido sometidos y que ahora vuelven a recuperar la confianza. Se vuelve a recuperar el prestigio de este Ayuntamiento y se consigue que los informes técnicos sean los que prevalezcan por encima del criterio político. Anteriormente no ocurría eso. Ya en la más visible, hay muchas áreas de mejora. Las últimas encuestas me valen para saber dónde tengo que mejorar. En materia de limpieza, me consta que tenemos una asignatura pendiente. Pero yo he puesto en marcha unas reuniones de coordinación, porque no quiero que todo se centre solo en materia de limpieza viaria. Cuando llegamos al Ayuntamiento, nos encontramos con que de 178 trabajadores, que era el personal que había, contábamos con 69, con una maquinaria obsoleta que ha tenido que ser reparada. Además, hemos puesto en marcha un grupo de Policía Local destinado solo al cumplimiento de la ordenanza de limpieza. Y se está viendo resultados, con sanciones. En el horizonte se nos plantean distintos planes de empleo que van a hacer que tengamos mayor personal para cubrir esa necesidad. Actualmente, nuestro Plan de Ajuste, que aprobó el Ministerio, nos impide contratar personal, desafortunadamente. Pero esos planes de la Junta nos permitirán que para el próximo mes tengamos 80 personas más en materia de limpieza y 40 en jardines. 

¿Cuál ha sido hasta ahora el momento más difícil?

—A nivel personal, el fallecimiento del concejal Juan Carlos Villalba.  Y nivel de gestión, las primeras Navidades. Nunca lo olvidaré. No teníamos capacidad económica para pagar las nóminas. Veíamos pasar los meses. Diputación no nos abonaba lo que nos debía. Además, no había más ingresos, la PATRICA se la habían gastado. El dinero de Diputación se lo habían gastado un año por adelantado. Todo lo que nos venía eran peticiones de devolución de subvenciones. Los bancos habían cerrado las puertas… 

¿Y el más gratificante? 

—El anuncio por parte de la presidenta de la Junta del reinicio de la sobras del Hospital. Todos lo esperábamos porque sabíamos que 48 millones de euros, que es lo que le falta a esa obra para finalizar, era muy difícil que llegara dada la asfixia a la que el Gobierno Popular de Cádiz está sometiendo a la Junta. Aunque no se hiciera visible y público, hemos presionado muchísimo tanto el alcalde de San Roque como yo para que esto fuera una realidad.

¿Cómo se encontró el Ayuntamiento a su llegada? 

—Le puedo contar todo tipo de anécdotas. Desde que el primer día tuvimos que devolver el coche oficial porque llevaba dos años sin pagarse, el que no teníamos ni para folios… Era un auténtico caos. No ya solo en la organización, sino también en la falta de respeto que se había tenido respecto a los funcionarios y a los trabajadores, que anteponía el criterio político al técnico. Esto había sido una especie de cortijo donde no valoraban lo que teníamos y entendían que lo de fuera era mejor. No dejaron nada para el futuro. Solo en cumplimiento de sentencias judiciales se debían en torno a 45 millones de euros. Yo ya casi que me he acostumbrado a recibir requerimientos personales donde me solicitan que o pago, o me sancionan a mí con mi patrimonio, porque se hace responsable al ordenador del pago y aunque yo no soy la causante, sí soy la responsable. 

¿Cuál es el secreto para haber mejorado esa situación?

—El trabajo, la constancia, la honradez, y el ser claro con aquel que viene. Y hemos usado mucha imaginación, casi hemos vuelto a la Edad Media con el trueque. Hay muchas cuestiones que las hacemos con empresas de La Línea que nos suministran materiales o dan servicio y a cambio lo compensamos con los impuestos que nos tienen que pagar.

¿Cómo vivió los  meses de impagos de las nóminas?

—Yo no podía ser ajena a una petición que era justa: quien trabaja quiere cobrar. Y mi obligación era pagar. Siempre he mostrado mi agradecimiento a los trabajadores municipales. era consciente de aquel que había tenido que solicitar un préstamo para seguir adelante, del que ya no podía pagar el préstamo, de aquel al que le habían quitado la casa, los que no podían llegar a fin de mes, los que habían tenido que vender el coche, los que tenían que pagar las medicinas de su hijo y no podían… ha sido una situación muy complicada. Teníamos todos los días concentraciones de los sindicatos reivindicando el pago de las nóminas, en la puerta de alcaldía, en la del Ayuntamiento e, incluso, en la puerta de mi casa. Personalmente se vive mal. 

Pero llegó la ayuda del Gobierno Central. ¿Cómo la recibió?

—. Se empeñan a decir que nos han regalado los 15 millones que hemos cogido de la PIE, y para nada. Ese dinero lo tenemos que devolver a 400.000 euros mensuales. El Plan de Ajuste nos ha obligado a hacer deberes. Hemos reducido la plantilla en casi 110 personas de manera pacífica, sin ERES, con jubilaciones, prejubilaciones y despidos pactados y nos hemos tenido que apretar el cinturón en un presupuesto que a veces no daba más de sí. Pero hay una segunda parte que era el compromiso del Gobierno para que el remanente negativo de Tesorería tuviera una financiación por alguno de los grandes bancos de España. Y eso no ha llegado. Estamos a la espera de que se nos facilite porque yo, como ayuntamiento, no tengo fuerza para decirle a un banco que mi remanente es de 46 millones de euros. Esto hace peligrar el Plan de Ajuste, porque este Ayuntamiento es incapaz de generar recursos propios que puedan pagar la Seguridad Social, Hacienda, los fraccionamientos y los 15 millones. 

¿Podrían peligrar las nóminas?

—No. El incumplimiento del Plan de Ajuste supondría que si ahora recibimos 70.000 euros de PIEs, no recibiríamos nada. Las nóminas están garantizadas con nuestra recaudación y nuestra recaudación da como para pagar las nóminas durante todo el año. 

¿Cuáles son los problemas principales de La Línea?

—Nosotros tenemos un problema estructural, porque somos un municipio de 25 kilómetros cuadrados. No tenemos espacio y tenemos, desgraciadamente, un Gobierno del Partido Popular que intenta destrozar diariamente las relaciones con Gibraltar y no terminan de ver que el Peñón es una oportunidad y no un problema. El desarrollo de La Línea debe ir vinculado a eso. Además, tenemos pendiente de solucionar que se nos reconozca la singularidad. No hay ni un solo municipio que conviva con una realidad como tener al lado Gibraltar. Somos un municipio destinado a entendernos con Gibraltar y que no somos capaces de desarrollarnos por nosotros mismos. El resto de problemas son solucionables. Tenemos un problema económico grave que nos han dejado el PP y GIL en estos últimos años. Y no lo vamos a solucionar nosotros. Tendrán que ser generaciones futuras las que solventen el problema. 

El PP critica que la gestión de la Policía Local podría mejorar.

—En materia de seguridad ciudadana hemos dado un paso cuantitativo. El candidato del PP lleva más de diez años viviendo en Algeciras y dudo que conozca la realidad del municipio. Cuando llegamos nos encontramos con unos agentes que patrullaban en autobús. Unos vehículos que no estaban homologados. Eran coches normales con pegatinas para que parecieran de la Policía, sin mamparas. Las motos estaban destrozadas y muchas ni se pagaban y tuvimos que devolverlas. De esa situación hemos pasado a tener tres vehículos homologados, pendientes de de cuatro más, cuatro motos, cuatro quads que hemos comprado y, por primera vez, hemos salido de la Jefatura. El político no manda sobre la Policía Local. El Jefe de la Policía es el que da las órdenes operativas y yo, como política, le puedo trasladar dónde entiendo que se puede actuar. Le doy la razón al candidato del PP en que hay ciertas descoordinación. No es lógico que hayamos puesto el pasado verano 34 sanciones a embarcaciones y que no hayamos tenido presencia suficiente de la Guardia Civil por falta de medios. No es lógico que este Gobierno se esté gastando las cantidades de dinero que se está gastando en grupos especiales en la frontera, revisándole los bolsos a los trabajadores y a las abuelas cuando hemos tenido escenas de contrabando más que notables durante este verano. Y no es lógico que tengamos una Comisaría con falta de personal y de material. Por tanto, a nivel policial, la máxima colaboración, pero no pueden venir a darnos lecciones aquellos que están apretando. Mi objetivo será ampliar la plantilla. 

¿Hay solución para el desempleo?

—Cuando me lamento de que tenemos 8.000 trabajadores en Gibraltar, me alegro al mismo tiempo, porque un municipio con más de un 30 por ciento de desempleo no podría salir adelante si no fuera como hay muchos linenses que se ganan la vida al otro lado de la Verja. Tenemos que pelear porque La Línea sea un municipio destinado a prestar servicios que sean generadores de empleo  y si es de la mano de Gibraltar, mejor que mejor. Proyectos como el del hospital, son también generadores de empleo, o el Plan OLA. Además, desde la Junta de Andalucía se han puesto en marcha  planes de empleo sin ayudas.  

¿Por qué La Línea no termina de despegar a nivel turístico?

—Trabajamos concienzudamente en este tema. Tenemos 11 millones de turistas que pasan por nuestra puerta y no somos capaces de atraerlo. El problema principal es que cualquier turista que se tenga que tirar dos horas en la frontera para ver la Plaza de Toros, no va a venir. Pero sí que estamos trabajando con el otro lado de la Verja para ofrecer unas excursiones o rutas que harán atractivo que los miles de cruceristas que atracan en Gibraltar puedan venir a La Línea y disfrutar de nuestras playas, de nuestra gastronomía, espectáculos, golf... Tenemos una situación geoestratégica magnífica. Al lado de África, de la Costa del Sol y con un aeropuerto a dos minutos andando. 

¿Hay empresas interesadas en invertir en La Línea ?

—Tenemos un grupo interesado en invertir más de 50 millones de euros para la creación de un puerto de megayates y cruceros. Este proyecto se presentó junto a la APBA. Y ese proyecto lleva parado más de un año en el Ministerio. No quiero pensar mal, pero no es habitual que se tarde tanto. Ese proyecto permitiría, además, regenerar la Playa de Poniente.  ¿Cuándo va a dar la Junta la fecha de inicio de las obras del Hospital? —L presidenta de la Junta anunció hace unos días que antes de que acabe este año empezarán, y estamos en septiembre (Risas). Me da mucha tranquilidad que tengamos  la Plataforma Cívica en Defensa del Hospital porque me consta su constancia, su trabajo y el seguimiento que se va a hacer a la reanudación de esas obras. Además, la presidenta indicó que se acabaría antes de final de 2015. Confío en su palabra y sé que se va a hacer.  Todo parece que volverá a ser candidata a la alcaldía. ¿Cómo lo afronta? —Con la misma ilusión que en las pasadas elecciones o más. Me siento honrada. En aquella ocasión no fuimos la fuerza más votada por lo que me gustaría mejorar los resultados.

LA RELACIÓN CON GIBRALTAR
La relación entre La Línea y Gibraltar es “de buena vecindad”, según la alcaldesa linense. Cuando llegó el equipo de Gobierno lo primero que hizo fue retirar el bordillo que se había construido para cobrar un peaje. “Nosotros no vamos a meternos en asuntos de políticas exteriores, lo que queremos es llevarnos bien con quien es mi vecino”, apunta, añadiendo que “tanto el Ministro Principal, Fabian Picardo, como yo, nos hemos esforzado en que exista una buena convivencia de ambos pueblos. Y eso a pesar de episodios como el de los pescadores, los bloques, declaraciones desafortunadas de Margallo y del propio Picardo. El tiempo ha demostrado que había una intención de cortina mediática para tapar otros asuntos”. Considera que es importante que los gibraltareños hayan comprendido que las agresiones no son del pueblo de La Línea y los linenses hayamos entendido que tampoco sufrimos agresiones por su parte.  

COLAS EN LA FRONTERA

Araujo entiende que “las colas se ponen bajo un criterio político, con una intencionalidad política, que era doblegar a Gibraltar, sin darse cuenta de que a los que estaban fastidiando era a los miles de trabajadores españoles que a diario pasan por allí”. Además, explica, “lo hemos sufrido en nuestra economía, en nuestra hostelería, y en el día a día nuestro que se ha ido perjudicando porque muchos gibraltareños han dejado de venir a La Línea”. Reconoce que se ve con Picardo periódicamente y hablan “de temas que nos afectan, de nuestro día a día, de qué relaciones se pueden estrechar, de proyectos... Yo he querido normalizar lo que algunos ven anormal”, igual que en su día hizo con Peter Caruana. .  “Yo no entiendo por qué mi Gobierno hace que se perjudique a mi pueblo. Como linense me siento perjudicada, agraviada y ninguneada porque mi Gobierno ha preferido machacar a un municipio de 65.000 habitantes con tal de meterle el dedo en el ojo a Gibraltar”, apunta. En lo que respecta a la futura frontera inteligente, matiza que “si se siguen dejando a criterio político las colas, puedes poner 6 ó 24 carriles. Pusieron en marcha el proyecto a instancias de la UE que le pidió que agilizara el paso en la frontera.  Pero la fluidez depende, porque si se le pide a los trabajadores de la frontera que retengan el tráfico, dará igual que sean 6 que 66 carriles”.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN