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Arcos

“No debemos olvidar los ocho siglos de estancia árabe en nuestro suelo”

La historiadora María José Richarte, que ya nos sorprendió hace unos años con una estupenda obra sobre Jadramil, trabaja ahora en una nueva guía de Arcos

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  • María José Richarte. -

A María José Richarte se le nota, en cuanto empieza a hablar, que ama su profesión. Habla con esa contenida alegría de quien está en su salsa, tramitando con el idioma lo que es su vocación profesional. Y más que profesional, personal. Cuando uno ama su profesión ésta deja de ser un modo de ganarse la vida para formar parte de lo intrínsecamente personal.


María José Richarte es Licenciada en Geografía e Historia y está empeñada en localizar en las piedras nuestra historia más antigua, las huellas dactilares de un tiempo ido que nos deja algunos datos para que sigamos investigando, para que nuestra sed de saber nunca se agote.
Con María José hablamos en su despacho, repleto de libros viejos sobre los cuales revolotea, como un ánima curiosa e imborrable, el recuerdo de don Miguel Mancheño y Olivares, Notario e Historiador arcense.

—Está usted preparando una guía de Arcos, bajo los auspicios del Ayuntamiento. ¿Otra guía más?
—Estamos intentando que no sea una guía más. Tratamos de dar datos del término municipal en la introducción, no circunscribirnos sólo al casco urbano. Claro que explicamos el casco urbano, sus edificios religiosos y civiles, pero también nos centramos en los datos geográficos, y en una ciencia muy siglo XXI, que es la preocupación por los aspectos medioambientales. Queremos resaltar aspectos no sólo patrimoniales. Por otra parte, esta guía quiere estar orientada a todos, a los foráneos y a los vecinos de Arcos. Es muy importante que las personas de nuestro término municipal conozcan sus yacimientos arqueológicos.


—¿Miguel Mancheño es su guía para esta guía?
—Miguel Mancheño, claro; pero también los hermanos José y Jesús de las Cuevas, o Pepa Caro, cuya guía nos parece hoy la más centrada en el siglo XXI; también Pérez Regordán, y algunas guías a nivel provincial, o bibliografía de monumentos. Ah. Y la heráldica, que es un elemento que también queremos introducir en nuestra guía.


—¿Qué significó para usted la publicación de sus trabajos en el yacimiento de Jadramil?
—Mi trabajo y mi consiguiente libro sobre Jadramil significó mucho en el terreno profesional y, desbordándolo, también en el terreno personal. Plasmarlo en un libro fue todo un triunfo personal, porque el fruto de mis trabajos de excavaciones durante los años 92, 93, y 97, sirvió para que el yacimiento fuese protegido oficialmente.


—El conocimiento de los yacimientos no es un caso cerrado, sino que constantemente aparecen nuevos, y con ellos nuevos datos. ¿No es así?
—Por supuesto. Esta labor es inagotable. Yo elaboré una carta arqueológica en 2006 que habla de más de ciento veinte yacimientos, y en la práctica mayoría no se han hecho intervenciones arqueológicas. Y tenemos que tener en cuenta que cada intervención puede servir para desentrañar nuestra Historia, para arrojar nuevos datos.


—Es usted, quizás con el coordinador Isaac Sierra, una de las claves fundamentales de la conmemoración en que estamos inmersos: la celebración del 750 aniversario de la incorporación de Arcos a la Corona de Castilla. ¿Tienen sentido estas celebraciones?
—Sí, siempre que se hagan con rigor. Y aquí el rigor histórico está sobradamente resguardado, ya que el Coordinador Isaac Sierra es un joven historiador de sobrada competencia y solvencia. Es más, yo creo que la recreación histórica puede acercar al ciudadano los modos de vivir y de sentir de la época que tratamos. Hablo de los ciudadanos en general, y muy especialmente de los niños, que tendrán un primer acercamiento a su historia.


—Se imagina uno que, al igual que en otros aspectos de la vida, en la Arqueología, o en la Historia, se habrá introducido el lenguaje políticamente correcto. Lo digo porque la palabra reconquista ha sido eliminada de folletos, exposiciones y otros soportes con motivo de esta celebración. Es más, me consta que usted fue una de las personas que con más ahínco trató de desterrar la palabra reconquista.
—A mí la palabra reconquista me resulta fuerte. No olvidemos que no debemos olvidar los ocho siglos de estancia árabe en nuestro suelo. Al-Andalus fue uno de los lugares más cultos de la tierra. Aquí vinieron filósofos, historiadores, médicos. Y eran filósofos, historiadores y médicos de las tres grandes fés, o sea de las tres grandes religiones monoteístas: judíos, moros y cristianos. De ahí, de esos tres grandes focos de cultura y de pensamiento, nace nuestra cultura andalusí, que hay que salvar.


—Además de su trabajo sobre Jadramil. ¿Tiene alguna otra publicación?
—No en forma de libro, pero sí he escrito artículos de investigación sobre Miguel Mancheño. Es más, sobre su colección arqueológica versó mi tesina. También he publicado algo sobre la Sierra de Aznar.

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