El equipo de Gobierno, no sin cierta división interna, decidió este jueves quitar al PSOE el dinero que cobra este grupo municipal por acudir al pleno, tras levantarse todos los concejales del grupo de la sesión al ser expulsado uno de sus ediles. La polémica ha evidenciado el alto coste que ha tenido para las arcas municipales la celebración de hasta tres sesiones plenarias en el mes de marzo, que han supuesto un desembolso de 2.260 euros para las arcas municipales. Ese es el dinero correspondiente a la asignación de los 9 ediles de la oposición, cada uno de los cuales cobra por acudir a cada sesión 113 euros. El cálculo se ha realizado sin tener en cuenta los 56 euros que, por asistencia a comisiones, perciben algunos de los ediles, miembros de estas reuniones. El grueso cálculo no ha tenido tampoco en consideración los gastos administrativos.
Cada pleno, así, cuesta 1.017 euros. Los concejales que gobiernan no perciben cantidad alguna puesto que sus dedicaciones exclusivas o de media exclusiva contemplan la asistencia a las sesiones.
Tras decidirse no pagar a los ediles del PSOE por abandonar la sesión del jueves, el Ayuntamiento logró ‘reducir’ la factura de este mes en 779 euros. Lo habitual es que sólo haya un pleno cada último jueves de mes; este mes ha habido tres.
Desde el PSOE, tras serle retirada la asignación, ayer se dijo que “es el equipo de Gobierno quien ha decidido convocar tres plenos sin importancia, cuando esos asuntos se podrían haber tratado en una única sesión. Venimos a los plenos porque representamos a los ciudadanos”, aseguró Valdenebro.