Tras mes y medio, el Sevilla volvió a ganar y lo hizo quizás en el partido que menos lo mereció. El gol de Coke no puede esconder las verdades de un Sevilla desarmado.
Y erre que erre Emery con Pareja. El vasco volvió a confiar en el zaguero argentino para acompañar a Fazio en la línea de atrás. Y Carriço otra vez en la medular. Además, expuso ese sistema que tanto le gusta con Alberto Moreno por delante de Navarro.
Salió el Sevilla queriendo. Con un par de llegadas a balón parado que creaban peligro en el área rayista. El Rayo esperaba sin arriesgar en demasía como acostumbra. Adormeciía el duelo con el paso de los minutos. Ni Rubén por parte rayista, ni Beto por la parte nervionenses tuvieron que intervenir en los primeros 20 minutos. Excesivo respeto entre dos conjuntos con mucho en juego.
El mal endémico del Sevilla, las debilidades defensivas, comenzaba a salir a la palestra ante un Rayo que se hacía con el cuero y se iba estirando según avanzaban los minutos. Pero apareció la polémica y otra vez para molestar a los de Nervión. En el 26, el colegiado señaló fuera de juego de Iborra en un salto ante el meta rayista que terminó en las redes tras el chut de Bacca y ni hubo fuera de juego, ni tampoco falta. Gol mal anulado para los intereses de los de Nervión que otra jornada más veían como eran influenciados por los malísimos arbitrajes de este país.
No obstante, ello no era excusa para que el conjunto que entrena Unai Emery volviera a tirar una primera parte ante un rival tan débil como el madrileño, el penúltimo de la Liga. No sabe a que juega. Si no debe presionar arriba, o si tiene que lanzarse al ataque sin preocuparse tanto de la retaguardia. Tanto dilema tiene bloqueado a un equipo muy perdido en los partidos. Pero volvió a marcar el Sevilla en el 38, aunque esta vez sí estuvo bien anulado por fuera de juego de Carriço.
Así discurrió un mal primer tiempo entre dos equipos inoperantes y con escasas intenciones de victoria. El fútbol brilló por su ausencia.
Todo continuó igual en la reanudación. Escasa intensidad de un Sevilla que vestía de amarillo y que estaba más pendiente de que el rival no se acercara a la portería de Beto que de correr y presionar en la medular con el fin de buscar los tres puntos. Totalmente desarmado ante un Rayo que se venía hinchando de posesión.
Y apareció Rakitic, el único capaz. En el 53 buena triangulación con Bacca pero Rubén estuvo atinado en el lanzamiento del croata. Pero el que pudo marcar fue el Rayo sólo dos minutos después. Gran pared entre los atacantes vallecanos y Viera sólo ante Beto echó el balón arriba.
Y cuando perdonó el pequeño un Sevilla venido abajo lo aprovechó para adelantarse. Corría el minuto 56 cuando la estrategia volvió a funcionar cuando más era necesaria. Saque de falta lanzada por Rakitic que remachó con la testa Coke libre de marca. Eso sí, no por méritos propios ganaba el equipo de Emery en Vallecas.
Más defensa aún con la salida al terreno de juego de Diogo, que vino a suplir a Jairo. Declaración de intenciones del técnico vasco que daba prioridad a los puntos antes que al propio fútbol. Aún así, perdonó Rakitic la sentencia en el 76 con toda la portería para él. Error mayúsculo del croata a pase de Diogo en un momento clave para finiquitar un partido inquieto.
Larrivey para el Rayo pudo empatar en el 80. De milagro no entró el chut del argentino tras un barullo en el área. Y para más inri, los nervionenses se quedaría con diez a falta de nueve minutos por doble amarilla a Iborra. Muy discutida porque el colegiado se la mostró cuando se marchaba lesionado e iba a ser sustituido por Trochowski. Lo del árbitro también tenía lo suyo.
Al final, drama ante el penúltimo del campeonato doméstico. Encerrado por no matar el partido cuando debió. Por fortuna, era el Rayo el que estaba enfrente y el triunfo viajó a Nervión. Pero este Sevilla no está para nada.