El padre del ex agente de Inteligencia de Estados Unidos Edward Snowden ha confiado en que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, no cederá a la presión ejercida por la Casa Blanca para que le retire el asilo político.
En una entrevista concedida a Reuters, Lon Snowden ha considerado que Rusia mantendrá el asilo político a su hijo, a pesar de que el presidente estadounidense, Barack Obama, ha decidido cancelar su reunión con Putin del próximo mes de septiembre en Moscú como represalia.
"El presidente Putin se ha mantenido firme ante la intensa presión de nuestro Gobierno y tengo que creer que seguirá así. "No creo que ceda a estos juegos de 'bueno, no iré a esta reunión'", ha dicho. "Respeto su fortaleza y su coraje", ha añadido.
Interrogado sobre los contactos con su hijo, ha explicado que no ha hablado con él desde que abandonó Estados Unidos, el pasado mes de junio. "Y preferiría no hacerlo hasta que pueda viajar y verlo cara a cara", ha indicado.
Lon Snowden ha aclarado que, cuando finalmente visite a su hijo, no llevará ningún material que pueda ser considerado sospechoso. "Debo ser cuidadoso porque entiendo que es un fugitivo y no haré nada que pueda ser visto como ayuda", ha apuntado.
Además, ha subrayado que "no toma a la ligera la filtración de información no autorizada". "Tampoco lo hice al principio, pero ahora entiendo mucho mejor lo que ha ocurrido", ha concluido.
CASO SNOWDEN
Snowden se convirtió en un personaje público el pasado 7 de junio, cuando reveló que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) posee un programa llamado PRISM con el que accede a los servidores de nueve empresas de Internet, con su consentimiento, para recabar información útil para Inteligencia.
Cuando la noticia se publicó, el ex agente de Inteligencia estaba en Hong Kong, pero una semana después decidió abandonar la ex colonia británica rumbo a Moscú, donde ha permanecido en el Aeropuerto Internacional de Sheremetyevo como "pasajero en tránsito".
Snowden solicitó asilo político a 21 países, entre ellos España, pero finalmente fue Rusia quien se lo concedió el pasado 1 de agosto por una duración máxima de un año, aunque subrayando que espera que no afecte a las relaciones con Estados Unidos.