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Sevilla

Intentó matar a su amigo cuando volvían bebidos de la Feria

Condenado a cinco años de cárcel

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a un joven de 24 años, identificado como M.G.H. y con antecedentes penales por robo, a cinco años de prisión por intentar matar a su amigo durante una pelea que tuvieron ambos cerca de la avenida de la Raza tras volver ebrios de la Feria de Abril.

   En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Sevilla condena al joven por un delito intentado de homicidio, concurriendo la atenuante de embriaguez, a cinco años de cárcel, y al pago de una indemnización de 33.962 euros por lesiones y secuelas, mientras que también le impone una orden de alejamiento sobre su víctima durante diez años.

   Los hechos tuvieron lugar el 25 de abril de 2010, cuando ambos amigos volvían de la feria a las 8,00 horas en estado de embriaguez. Entre ambos se produjo una discusión seguida de pelea en la que el acusado empuñó una botella de cristal que previamente había roto y se la clavó a su amigo dos veces "con gran fuerza" en el pecho.

   Estos cortes le provocaron a la víctima "sendas" heridas de las que brotó "una profusa hemorragia", por lo que tuvo que ser trasladado por otros amigos, que habían presenciado la escena, al Hospital Virgen del Rocío. El acusado se dio a la fuga y se refugió en casa de un familiar, donde se despojó de la ropa que llevaba, que estaba ensangrentada.

   La víctima llegó al centro hospitalario en estado de shock hipovolémico y tuvo que ser sometido a una intervención quirúrgica de urgencia, "sin la cual hubiera fallecido irremisiblemente".

LOS TESTIGOS SUFRIERON UNA "EPIDEMIA DE AMNESIA"

   Según la sentencia, "pese a la epidemia de amnesia que afectó en juicio a los principales testigos del suceso, empezando por la propia víctima, no cabe llegar a otra conclusión razonable que la de que los hechos enjuiciados tuvieron lugar como se han relatado en la resultancia fáctica, y no como interesadamente los narra el acusado".

   En el juicio, el procesado aseguró que las heridas se produjeron accidentalmente, ya que cayó encima de su amigo a causa del empujón de un tercero y la botella rota "la portaba en su mano, por lo que se clavó en su cuerpo sin su intervención".

   Los testigos del suceso aseguraron que en la pelea entre ambos no hubo intervención de una tercera persona. Uno de estos testigos declaró que el acusado llevaba el casco de una botella de cristal en la mano que había roto contra el bordillo de una acera.

NO FUE UN ACCIDENTE

   En el análisis forense se esgrime que no es posible que el lesionado "pudiera clavarse la botella", ya que una de sus heridas está localizada entre el brazo y el tórax, por lo que la Sala manifiesta que "fue el propio acusado quien clavó intencionadamente la botella rota en el cuerpo de su amigo".

   La Audiencia atestigua que el procesado pretendía "el resultado mortal de su amigo" porque la acción que provocó fue "potencialmente letal". A esto añade también la actuación que llevó a cabo después de la agresión, "desentendiéndose por completo del herido, cuya gravedad no podía ignorar y preocupándose tan solo por tratar de ponerse a salvo de las consecuencias de su acción".
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